En todas estas misiones nuestros militares han demostrado su formación, su capacidad y su entrega, en definitiva, su valor. Han dado lo mejor de sí mismos, podríamos decir que se han dejado la piel; lamentablemente también en muchas ocasiones hemos sufrido bajas, fallecidos y heridos, cuyos nombres siempre conservaremos en nuestra memoria.
Pero indudablemente nuestra participación en misiones nos ha aportado muchos aspectos positivos, y no hablo sólo de la íntima satisfacción del trabajo bien hecho; gracias a estas actividades hemos alcanzado un alto nivel de preparación, contrastado y depurado nuestros procedimientos operativos y nos hemos enriquecido con la experiencia personal y el contacto con otros pueblos en situaciones difíciles. Mi valoración es extraordinariamente positiva, y considero que nuestra participación en misiones en el exterior ha sido el principal motor de la modernización de nuestras Fuerzas Armadas.