Juan Comas
La Fundación Universitaria San Pablo CEU nace con el propósito de contribuir a la mejora de la sociedad a través de la formación impartida en sus centros docentes, ofreciendo un modelo educativo de acuerdo con la visión cristiana, el humanismo integral y la actuación en la vida pública a favor de la justicia y en defensa de la persona. Los fines de la institución se concretan en la búsqueda de la excelencia académica y profesional, la innovación en sus proyectos educativos y la formación de alumnos ejemplares en consonancia con las enseñanzas de la Iglesia Católica.
¿Cuáles son la misión y los fines de la institución?
La institución debe su existencia a la figura de Ángel Herrera Oria, que fue un hombre adelantado a su tiempo. Un emprendedor nato de empresas políticas, culturales y sociales, con muchísimas iniciativas también en el orden sindical en diversas provincias y a nivel nacional. Puso en marcha también varios periódicos y una agencia de noticias. Herrera hizo de la ACdP un instrumento de modernización de las estructuras sociales y políticas de España. Los fines del CEU están entroncados, por tanto, con la ACdP, creada por el Padre Jesuita Ángel Ayala y cuyo primer presidente fue Herrera. Las aulas de nuestros Colegios y Universidades son foco de transmisión de la fe, somos una institución educativa católica, que se distingue por la búsqueda de la verdad para conseguir esa libertad de la que hablaba el evangelista San Juan. Intentamos formar, por tanto, profesionales íntegros, rectos, que sean además buenas personas y se distingan por su afán de servicio a la sociedad. Con todo eso, nuestros alumnos contribuirán a una sociedad civil más libre, más robusta y activa en favor del bien común.
En 2005, todas las entidades que forman parte de la institución se unificaron bajo la denominación CEU. Hoy en día ofrece enseñanzas en todos los niveles educativos, desde infantil hasta postgrado. Cuenta con más de 20 centros educativos (propios o vinculados) repartidos por toda la geografía nacional, más de 200 enseñanzas oficiales, 25.000 alumnos, 160.000 antiguos alumnos y más de 2.500 empleados, directivos, profesores y personal de administración y servicios.
La Fundación abarca colegios, universidades, escuelas de negocio…. ¿Cuáles son las notas distintivas del modelo educativo del CEU?
Con el objetivo de alcanzar los fines de la Fundación, el modelo educativo de nuestros centros docentes promueve entre los alumnos el conocimiento de la verdad y la formación de un juicio crítico, fomentando la participación, el diálogo y el compromiso en la vida pública. Las notas distintivas de la institución son el carácter interdisciplinar de las enseñanzas de acuerdo con una concepción integral del hombre, la apuesta por la proyección social, la atención personalizada. En el plano académico, la Fundación adopta en los primeros ciclos educativos, en la enseñanza infantil y primaria, un modelo pedagógico basado más en la formación de la personalidad del alumno que en la adquisición de conocimientos. En la enseñanza universitaria apuesta por la internacionalización y la conexión de los planes de estudio tanto de grado como de postgrado con el mundo profesional y el mercado laboral.
¿Qué aspectos cree que hay que reforzar en la formación de los jóvenes españoles?
El drama de un estudiante no es una memoria débil, sino una voluntad anémica. Este es el problema principal, la fuerza de voluntad está ausente y ni siquiera se compensa con un gran talento. Además, a nivel general se detecta una insuficiente formación en los dos pilares fundamentales de la educación en la enseñanza primaria, que son las matemáticas y la lengua. La carencia de conocimientos de los idiomas es también un contratiempo. Y desde el punto de vista de la mentalidad, se detecta una insuficiencia en aptitudes y actitudes propicias al emprendimiento. Si bien, en este apartado, algo de mejoría se percibe en los últimos años.
¿Qué papel juega la educación en una situación de crisis económica como la que estamos sufriendo?
Yo diría que debajo de la crisis económica hay otra crisis más profunda, de raíz moral. A igual que ocurre en el mar, las mareas se perciben por ser superficiales, pero las corrientes marinas se generan en las profundidades y son más difíciles de percibir. La cuestión ética es más importante que la cuestión económica. Pero no siempre esto es evidente. Las dificultades económicas pueden ser coyunturales, la decadencia moral puede dañar los cimientos y la estructura de una sociedad. Creo que hay que volver a los principios de siempre, los que hacen fuerte y sana la convivencia: esfuerzo, sacrificio, honestidad, rectitud. La educación es capital en estos momentos, es el antídoto si sabemos imprimir en ella el sello de la transparencia y la ejemplaridad.