Marcelino Elosua de Juan nos explica por qué eligió ser editor. “Empecé como autor-editor en 1983 con varios compañeros Stanford MBA. Redactamos y publicamos el “Diccionario Empresarial Stanford”, como puente cultural entre lo que habíamos aprendido allí y lo que empezaba a necesitar España. La verdad es que como libro no vendíamos muchos. A los dos años convencimos a “Expansión” para lanzar unos fascículos que se entregaban con el diario y conseguimos distribuir unos 200.000 ejemplares con el patrocinio de Tabacalera y otras empresas. Con esta iniciativa aprendí dos cosas: que un libro puede servir para mejorar la imagen o la notoriedad de una organización; y que, cuando el coste de oportunidad es tan grande, no se trata de vender el libro uno a uno, sino que un patrocinador lo haga llegar al público objetivo.
Entonces era el CEO de Elosua-Carbonell, pero lo vendimos en 1993. Ese año fundé LID Editorial porque podía elegir y decidí dedicar mi vida a lo que me parecía más importante. Siempre me ha gustado la formación empresarial, creo que debe ser algo continuo y pegado a la práctica real de las empresas y es la mayor palanca para el desarrollo de un país. Igual que la educación mejora a una persona, la formación en cómo gestionar las organizaciones multiplica el potencial de una nación. Y porque tenía un concepto de cómo producir y vender libros de empresa que quería desarrollar”.
¿Cuál ha sido su evolución en estos 30 años?
Como toda empresa hemos tenido varias etapas. En los diez primeros años sólo publicábamos diccionarios, eso sí, de muchas materias y sectores siempre del mundo empresarial, y biografía empresarial, porque explicar la historia de los emprendedores con más éxito impulsa y ayuda a emularlos. Son las dos áreas en las que somos líderes mundiales. A partir de 2003 empezamos a publicar estrategia, relaciones humanas, desarrollo profesional, comunicación y marketing principalmente. En 2008 empezamos la expansión internacional por México, en 2010 abrimos casa en Nueva York y Londres y luego en otros países. En 2020 me retiré del día a día, pasé de CEO a Chair y empezamos con el sistema de franquicia para las casas en países hispanófonos. Y este año, una vez completada esa fase, estamos iniciando la franquicia en países con otros idiomas y donde no teníamos casa establecida. Estamos en negociaciones para Japón y para India. Si cumplimos el plan, en 2030 me quedaré como Founder y el actual CEO, basado en Londres, pasará a Chair.
¿Cuáles son los valores diferenciales de LID?
Hemos mantenido nuestros cuatro valores fundacionales: i) defensa de la libertad, tanto en aspectos económicos como sociales; ii) defensa de la igualdad de oportunidades y de la educación continua como forma de creación de riqueza personal, de capacidad de generar ingresos por uno mismo; iii) impulso a la cultura del esfuerzo, a la creatividad y a la capacidad de emprender; y iv) exigencia de racionalidad en la toma de decisiones, basada en datos relevantes y correctos.
Nuestro nombre no viene de líder sino de lid como lucha justa y equilibrada. En concreto, de en buena lid, porque la competencia sana es lucha, pero entre iguales, con las mismas oportunidades e información para todos. Como soy de León, elegí como logotipo dos leones en lucha leonesa -parecida a la grecorromana-, y las tres letras van en mayúscula para representar que el suelo de la lucha está nivelado para los dos leones. El color burdeos coincide con los colores del reino de León y de Stanford.
Vuelvo a los valores. La defensa de la libertad no se limita a los temas económicos. En México publicamos Drogas libres, libres de drogas, porque el mayor problema de la droga son precisamente los cárteles, los monopolios locales y los problemas que crean de corrupción en los políticos y la policía. Otro título, Puta no soy, ataca las redes de trata, porque esencialmente coartan la libertad de cada persona.
Si definimos la riqueza como aquello que permite generar ingresos vemos que cada vez hay más igualdad en el mundo, porque la educación se está globalizando y la riqueza de la formación personal se sigue multiplicando en todos los países. Definir riqueza en términos de propiedades inmobiliarias o letras del Tesoro, el gran gol que nos quiere marcar Piketty, implica obviar que la mayoría de las rentas dependen de nuestro trabajo y éste de nuestra educación. No considero que tener hoy un castillo genere muchos ingresos, más bien gastos.
En un mundo inundado de noticias falsas y de modas pasajeras la búsqueda de datos veraces y relevantes es crucial.