Diego Roves
Con el espíritu de una empresa familiar pero altamente profesionalizada, Euroconsult se ha hecho un hueco de gran importancia en el sector de la ingeniería. Una salida al extranjero a tiempo e inversiones en innovación han conseguido llevar a este grupo por la senda del éxito en una época en que las inversiones en infraestructuras públicas han caído debido a la idea de que “en este país, todo está hecho en el campo de la ingeniería”. Leonardo Benatov, presidente ejecutivo de Euroconsult, destaca en esta entrevista que no es así, que aún quedan determinados focos sobre los que actuar y que pueden ayudar a que el sector de la ingeniería se mantenga en actividad económica. Un sector en el que ha habido novedades, entre ellas la próxima salida al MAB de Euroconsult con la que pondrá en manos de inversores externos cualificados el 22% de la compañía para impulsar su crecimiento.
¿Qué desarrollos propios son los que están cosechando mayor éxito?
Podemos hablar fundamentalmente de dos. Uno de ellos es el Curviámetro, un equipo que toma un parámetro en las carreteras y marca la vida residual de la misma y que sirve para gestionar su conservación y prolongar la vida, ya que sus resultados indican cuándo deben acometerse intervenciones para que recupere su nivel de servicio antes de que termine su vida útil. Este equipo toma un dato cada cinco metros a 20 kilómetros por hora en marcha, cuando los modelos anteriores sobre los que hemos innovado necesitaban un equipo que tardaba ocho minutos en recoger dicho dato, teniendo que estacionar para cada medición. Por ello, es un avance muy relevante.
El segundo, que es el último sistema que hemos desarrollado y que ha tenido gran aceptación, es Tunnelings. Se trata de un sistema de inspección de túneles, con cámaras laser de 3D, que aparte de en España se ha utilizado en el Metro de Londres y el de Tokio y se va a implementar en el Metro de París, entre otros proyectos internacionales. Es un sistema que permite gestionar el mantenimiento de una forma óptima, ya que la alternativa es un grupo de inspectores recorriendo el túnel a pie con una linterna y tomando datos en busca de desperfectos. Con este equipo, se realiza en marcha y a una velocidad entre 20 y 40 kilómetros por hora.
Están ustedes presentes en proyectos tan emblemáticos como el consorcio español que realiza parte del AVE Medina – La Meca. ¿Cuál es su misión allí? ¿Qué retos se están encontrando en medio de un desierto?
Las condiciones que encontramos allí son extremadamente severas. Además, es un aprendizaje continuo, porque la alta velocidad nunca se ha construido en un paraje tan inhóspito. Nosotros estamos haciendo la recepción y control de calidad de los materiales que los contratistas que están construyendo la infraestructura entregan a nuestro consorcio, para garantizar que el proyecto está bien construido. Por ello, con nuestra tecnología ayudamos a los consorcios con chequeos en tiempo y en forma, diciendo qué está bien hecho y qué se debería corregir. Es una obra muy interesante, pero muy complicada.