Lamyaa Salaouaci es la primera mujer marroquí que entra como vocal de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid. Forma parte del Pleno que reeligió a Angel Asensio para un nuevo mandato al frente de la institucional cameral. La entrada de esta empresaria marroquí ha sido noticia en todos los medios de Marruecos. Su posición la convierte en una referencia para las empresas magrebíes que quieren entrar en España. Sus buenas relaciones con el empresariado del otro lado del estrecho hacen de Salaouaci una puerta de entrada rápida para los empresarios españoles interesados en un Marruecos que está en un momento de fuerte desarrollo.
¿Qué supone su entrada en la Cámara y cómo ha vivido ese momento del Pleno del pasado 6 de junio?
Primero es una responsabilidad. Soy consciente de que hay un plus de atención en mi trabajo, por ser mujer, por ser marroquí, por ser empresaria que desarrolla su actividad profesional en España. Yo noto esa sorpresa. Por una parte, me parece normal, por otra, es un incentivo para mi trabajo, porque me anima a estar a la altura del desafío. Compartir una silla en el Pleno con tan buenos empresarios, con tan grandes empresarias de Madrid es un honor, pero también es un compromiso. Hay que trabajar mucho. Eso no me inquieta. Yo respiro trabajo. Ser empresaria es trabajar mucho, no quejarse nada, y sacar las cosas adelante siempre con una sonrisa.
Hablemos de su empresa, es usted CEO de Trade Ventures. ¿A qué se dedican?
Creamos parques tecnológicos dedicados a la innovación, a la biotecnología, a la investigación biomédica, y atraemos a España a empresas de otros países. Nuestro foco está puesto en las compañías del mundo árabe. Tenemos relaciones con el mundo económico del Magreb, también con empresas de Oriente Medio, interesadas en establecerse en España y tener desde aquí un puente de conexión con el resto de Europa.
¿Por qué nos cuesta asociar ciencia e innovación con el mundo árabe?
Usted sabe que la imagen de los países a veces tarda en cambiar, pero en el mundo árabe se hace investigación aplicada de primer nivel. Otra cosa es que se conozca en el nivel de la opinión pública. Mi presencia en la Cámara de Comercio de Madrid va a ser una oportunidad para dar a conocer los desarrollos de innovación que están llevando a cabo empresas marroquíes, de Siria, de Jordania, de Egipto. Donde, por cierto, la mujer tiene una presencia fundamental. Cambiar esos estereotipos forma parte de mi función como vocal de la Cámara. Y también promocionar y potenciar los intercambios empresariales entre nuestros países. Hay mucho trabajo que hacer.
Dirige la Fundación QUBE. ¿Qué es QUBE?
QUBE es un centro tecnológico dedicado a proporcionar espacios y servicios de apoyo a la innovación en el ámbito de la biotecnología y ciencias de la salud. Nuestras instalaciones disponen de tecnología de primer nivel, y profesionales capacitados para garantizar a las empresas el desarrollo óptimo de su trabajo. Una empresa de tecnología puede instalarse en nuestro centro y empezar a trabajar desde el primer día, con la seguridad de que dispone de todo lo que necesita. Eso es muy importante para poder ofrecer resultados en investigaciones que llevan mucho tiempo y que tienen unos requisitos de calidad altísimos.
Usted es marroquí, vive en España desde 2010, ¿lleva bien esa mezcla de identidades?
Creo que es una mezcla de identidades excelente. Poder hacer de interlocutor entre dos países que amo es una tarea fabulosa. Promocionar la empresa española en Marruecos es un honor, y abrir los mercados españoles para las empresas marroquíes un orgullo. Mire, en Marruecos tenemos empresas que han alcanzado una madurez que les permite aportar a la economía europea y competir en el primer nivel. Y Marruecos ya es la cuarta mejor economía de todos los países árabes, con un crecimiento que se acerca al 4 por ciento. Muchas empresas españolas se están instalando en Tánger, que se ha convertido en un polo industrial privilegiado, con una posición estratégica de alto valor.