Diego Roves
Dice Juan Díaz-Laviada que España comienza a estar de moda en el sector de las inversiones. El país ha pasado de ser el malo de la economía europea a ser tendencia, por lo que actualmente vivimos un momento halagüeño para realizar operaciones de venta. El mundo mira a España con el objetivo de invertir y se hace relevante la actividad de empresas como Advent International España, de la que Díaz-Laviada es su presidente. El capital riesgo, gestionado por esta compañía nacida en Boston hace más de 30 años, es una vía de real interés para aquellas empresas que necesiten no sólo fondos, sino un importante impulso a su crecimiento, ya sea a nivel orgánico o por su salida fuera de las fronteras españolas. Una forma de introducir nuevos aportes a la estrategia empresarial y, sobre todo, valor.
Desde 2002 están en España. Háblenos de los principales hitos en nuestro mercado, casos de éxito e inversiones recientes más significativas.
En 2002 nos implantamos con una oficina permanente, pero ya habíamos tenido experiencias de operaciones previas: Jazztel, Alta Gestión y Alcalá Farma, antes de convertirnos en Advent, plenamente integrados. Y ya, después, las inversiones más conocidas fueron Parques Reunidos, la consultora inmobiliaria Tinsa y Maxam, multinacional española de explosivos.
Usted ha vivido de primera mano el origen y la evolución del capital riesgo en España. ¿Cree que el capital riesgo ha hecho mucho por la economía española?
Yo creo que sí. Lo único que hace el capital riesgo es coger esos capitales, que abundan en el mundo hoy en día -especialmente fondos de pensiones-, y canalizarlos hacia proyectos y equipos que merezcan la pena, con el fin de hacerlos crecer. Y hoy en España hay compañías que existen gracias al capital riesgo, lo cual refleja una realidad muy productiva. Hay estudios que demuestran que comparativamente, las compañías en las que invierte el capital riesgo crean más empleo, incrementan más sus ventas y por consiguiente generan más riqueza para el país al pagar más impuestos, etc. Además se las ayuda a pasar a un estado superior, ya sea por crecimiento orgánico mediante adquisiciones o a través de la internacionalización.
¿Cuál es su particular lectura del momento actual que vive el capital riesgo en nuestro país?
Tiene un gran recorrido. Ahora es mejor momento para vender que para comprar si tienes un portafolio maduro, porque hay mucha gente mirando a España. El capital riesgo está diversificándose mucho y se está alejando de la fórmula clásica hacia otras formas, y están comenzando a venir muchos fondos que invierten en carteras de deuda o activos de dudoso cobro, carteras inmobiliarias, etc. Todo eso provoca que exista mucho capital, que si bien no es en realidad capital riesgo puro o tradicional, es una opción que definitivamente está movilizando activos que se encontraban atascados y estimulan los balances. Están llegando nuevos agentes al mercado, y también es cierto que otros se están yendo, reduciendo su actividad e incluso cerrando, pero esto es natural. Y además de los nuevos operadores internacionales, también está aumentando la actividad de muchas empresas españolas, y la de los fondos nacionales, que emprenderán operaciones medianas o pequeñas, lo cual a nosotros nos servirá como vivero de inversiones futuras.