¿Desde cuándo presidente de Tecniberia?
Fue en la asamblea del 9 de marzo del año pasado. La sociedad española debería conocer más a fondo tanto el potencial de las ingenierías, como nuestra labor y esfuerzo. Desde que me incorporé a esta casa, todo ha sido un enriquecedor descubrimiento.
Para ser un buen ingeniero en España hay que hacer lo que los ingleses llaman el “aprendizaje de por vida”, estar constantemente actualizando los conocimientos. Pero no sólo por las normas técnicas cambiantes, sino también porque los ingenieros tenemos una sólida formación técnica como acredita la competencia de las empresas. Pero es que existen esos otros sectores a los que tendrán que enfrentarse durante su vida profesional, como la gestión de recursos humanos, la informática, los idiomas… En esos ámbitos su formación académica no les da todo aquello que la vida les va pedir. Precisamente estamos ahí para suplir esas carencias.
Son demasiados para enumerarlos, pero valga como ejemplo que actualmente estamos resolviendo abastecimientos de agua en Zimbawe, presas en Nicaragua, centrales eléctricas en Taiwán, refinerías en Rusia, autopistas en Vietnam… La investigación, desarrollo e innovación está en nuestro ADN. Por eso es imprescindible que nuestras empresas sean competitivas en el mercado exterior y especialmente fuertes en el interior.