Jesús Monroy
Ignacio Escuder Bueno es presidente del Comité Nacional Español de Grandes Presas (SPANCOLD), órgano colegiado del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cuya misión es considerada de “interés público” para el Estado.
Es una entidad que actúa con independencia - no recibe financiación pública- y busca favorecer “la difusión de los avances tecnológicos en materia de presas, la promoción del proyecto y la construcción de presas de forma segura, promoviendo su mantenimiento y conservación en adecuadas condiciones y que el control de su seguridad se haga de forma efectiva, garantizando una gestión sostenible”. Representa a 1.200 grandes presas.
España no podría ser una potencia económica sin esta infraestructura, díganos qué justifica esta afirmación…
A nadie se le escapa la irregular distribución de la precipitación en la península, de manera que frente a una vertiente atlántica lluviosa, casi el resto completo del país puede considerarse como semi-árido o árido.
El conjunto de las actividades económicas de la mayor parte del país, incluyendo los cultivos más rentables y las zonas turísticas con mayor poder de atracción, no habrían alcanzado, ni remotamente, su desarrollo actual.
Además, vale la pena recordar que la energía hidráulica en España supone aproximadamente un 15% del total, siendo la única fuente limpia que puede usarse en el minuto en que se la necesite, a diferencia de otras renovables.
Por último, y no menos importante, los efectos tanto de las sequías como de las inundaciones que en nuestro país adquieren una frecuencia e intensidad únicos en Europa occidental por su alternancia indiscriminada, supondrían una amenaza constante para nuestro desarrollo.
Refirámonos ahora a la seguridad de las presas y de gestión del agua. Vivimos la sequía más intensa de los últimos años. Las presas están muy por debajo del nivel mínimo. ¿Cómo se va a resolver esta dramática situación? ¿Debemos esperar a que la meteorología lo solucione? ¿Se están paliando los problemas gracias a las presas, de qué modo?
En España, del conjunto del agua que fluye de forma natural por nuestros ríos, sólo podríamos aprovechar sin presas aproximadamente el 8% de su volumen (en países centro y norte europeos ese porcentaje sube por encima del 40%). Para nosotros aprovechar un porcentaje parecido, hemos necesitado nuestras grandes presas, si bien los rigores del cambio climático nos deberían hacer considerar si aun así son suficientes o necesitamos más.
De hecho, todas las previsiones apuntan a que el efecto del cambio climático agravará la situación actual, no sólo haciendo más rigurosas las sequías, sino incrementando los episodios de altas precipitaciones, que combinados con altas temperaturas que aumentan la fusión de nieve pueden desembocar en eventos catastróficos. A este respecto cabe añadir que son las grandes presas, con su capacidad de atenuación de avenidas, las que cada año nos protegen de cuantiosos daños humanos y materiales (podemos hablar de decenas de vidas salvadas y de cientos de millones de euros en daños evitados cada año, sin temor a equivocarnos).
España exporta la tecnología de las presas a terceros países. ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Qué países son los demandantes?
España, por las características antes mencionadas, es líder no sólo en la construcción de presas (todavía están en construcción aproximadamente 25 grandes presas), sino en la gestión de recursos hídricos y en metodologías innovadoras que abarcan desde sistemas de gobernanza del agua hasta tecnologías específicas punteras.
Comenzando por la gobernanza, cabe destacar que el modelo de gobernanza del agua español, incluyendo todos los aspectos de gestión de presas y embalses, es un modelo de referencia mundial por su implantación sistemática a escala de cuenca, a diferencia de países donde la gestión no tiene esa concepción integral y no se optimizan los beneficios ni se minimizan los riesgos, por no coordinarse las actuaciones ni armonizarse los distintos intereses.
Respecto de las tecnologías, éstas incluyen aspectos tan diversos y necesarios como la monitorización del comportamiento de presas, los sistemas automáticos de información hidrológica (SAIHs), o innovadores esquemas de producción de energía eléctrica y de equilibrio de la red eléctrica, aprovechando que los embalses son la única forma actual de almacenamiento masivo de energía, entre otros.
Además, las capacidades de las empresas constructoras, así como las de servicios de consultoría en diseño, explotación y seguridad de presas han alcanzado la suficiente dimensión para que en este momento exportemos procedimientos de construcción, conocimientos y know-how a nivel mundial.