Alberto García
Para saber quién fundó la empresa GEVORA Construcciones, cuándo y con qué objetivos tendríamos que remontarnos a 1958, año en el que inicia su andadura de la mano de las Constructoras Rajal y Martos, empresas de ámbito familiar, que unificando esfuerzos deciden en el año 1973 su fusión, para así dar origen a GEVORA, como empresa constructora de obra civil, especializándose también en la explotación de canteras y en la fabricación de mezclas bituminosas en caliente, según nos explica su vicepresidente ejecutivo, Ignacio del Arco.
¿Qué les ha permitido posicionarse en el mercado como una empresa sólida y de referencia?
No resulta fácil tratar de sintetizar, cual ha sido la clave del éxito que nos ha permitido llegar a hoy con unos mimbres de compañía seria, con credibilidad en el sector y con unas estructuras financieras y humanas lo suficientemente sólidas, como para estar en situación de ofrecer nuestros servicios con garantías de éxito a nuestros clientes. Pero si algo define bien nuestra posición actual, es el estado de equilibrio que abandera cualquier iniciativa que acomete la compañía, refrendado y avalado por un equipo gestor joven, dinámico, profesionalizado y absolutamente cohesionado alrededor de un proyecto común, que hunde sus raíces en una política empresarial de esfuerzo, trabajo, compromiso y sentido común, sabiendo siempre de dónde venimos y a dónde queremos llegar.
¿Qué motivo les ha impulsado a tomar posición en la capital de España?
Con más de 50 años de historia a nuestras espaldas, GEVORA ni podía ni debía quedarse acomodada a las mieles de un éxito que, de no seguir con un plan de expansión perfectamente diseñado y controlado por la propiedad de la compañía, podría presentarse efímero. La continuidad y la consolidación de cualquier empresa pasa por una evolución constante en su crecimiento de manera contenida.
Con esta premisa, tocaba ya abrir horizontes, y pensar en nuestra apertura a otros mercados, que nos permitan alcanzar los volúmenes de negocio que ese plan de expansión que tratamos de implantar requiere. Con ello, y con una profunda tendencia a la internacionalización por parte del sector, que por el momento nosotros decidimos aparcar, entendemos que es el momento de situar a GEVORA en Madrid, como centro de operaciones con vista a poder poner nuestras capacidades a disposición de las distintas Administraciones centrales, autonómicas y locales, con carácter estatal.