El Consejo de Innovación y Buen Gobierno (CIBG) es un catalizador del crecimiento sostenible de las empresas, mediante el impulso de las mejores prácticas en el buen gobierno de las organizaciones y a través la innovación en este ámbito.
Es una organización sin ánimo de lucro y sus socios forman parte de consejos asesores y consejos de administración o son “senior advisor” de muy diversas organizaciones.
Su propósito es generar valor, mediante sus aportaciones y experiencias, con un enfoque económico, ético, social y medioambiental a largo plazo. Son fuente de ayuda para las empresas que aspiran a alcanzar un futuro sostenible y un impacto positivo en la sociedad.
¿Qué oportunidades identifican en la gobernanza de las empresas españolas?
La principal oportunidad está en entender el inmenso valor que proporciona la introducción de nuevas perspectivas en el gobierno de cualquier organización. En España existe una gran tradición empresarial, con iniciativa y tesón, aunque todavía proclive al individualismo. Afortunadamente, las empresas familiares van evolucionando en su comprensión de la figura del consejero independiente.
El entorno es cada vez más complejo e interconectado y el crecimiento de las empresas depende de tener la capacidad de comprender y gestionar ese ecosistema.
Introducir nuevas visiones es una palanca realmente potente para ello. Incorporar voces distintas en la gobernanza amplia significativamente el abanico de posibilidades, sin que ello implique perder la capacidad de decisión. Hablamos de senior advisors, consejos asesores, consejos de administración y otras posibles figuras híbridas y flexibles que permiten incorporar esa riqueza en las organizaciones.
¿Qué características han de tener las compañías que necesitan evolucionar sus estructuras de gobierno interno? ¿Cuáles serían los primeros pasos que tendrían que dar?
El primer paso es explorar posibilidades que ayuden a la persona clave en cada organización en su proceso de reflexión. En muchos casos sabe que requiere hacer cambios en su gobernanza, pero la gestión diaria puede impedir encontrar el momento y la solución adecuada. Es la fase más crítica para el decisor, en la que el expertise de los integrantes del CIBG ayudará a centrar esa idea inicial, aplicando empatía y discreción.
En ocasiones se asume que establecer un consejo de administración es el único paso posible desde estructuras unipersonales o familiares. Además, estos procesos se asocian a una mayor rigidez y costes.
Sin embargo, desde el CIBG creemos que es posible desarrollar soluciones de gobierno que sean flexibles y tengan retorno inmediato, adaptadas a la peculiaridad de cada empresa y sector. Lo único necesario es la voluntad de impulsar esa apertura hacia la colaboración externa.
Son una organización ya con mucha actividad a sus espaldas. ¿Qué aporta el Consejo de Innovación y Buen Gobierno en este entorno?
Es importante recordar que el CIBG es una institución sin ánimo de lucro y, por tanto, su potencia está precisamente en el compromiso y participación de todos los socios en nuestras actividades, que podemos resumir en tres grandes áreas de trabajo.
La primera, es aportar debate y conocimiento. Para ello, somos activos publicando ideas para la mejora del gobierno de las organizaciones. En 2022 lanzamos el primer libro de la serie “Piensa como un Consejero”, donde se abordaban 10 temas de actualidad para un Consejo. Ahora estamos rematando un segundo libro sobre la innovación desde el Consejo y ya estamos planificando el siguiente. Somos también asiduos en redes profesionales, abordando diferentes temas de interés para los consejos, siempre buscando actualizar al lector.
La segunda, es que actuamos como un centro de reflexión y formación interna, compartiendo experiencias y conocimiento, de forma que podamos apoyarnos mutuamente en nuestro trabajo de dar lo mejor de nosotros en las organizaciones en las que estamos como asesores o consejeros.
Como complemento natural, se genera un fuerte networking que permite al consejero independiente tener un lugar donde contrastar sus ideas e identificar contactos clave.
Y la tercera, somos una plataforma de personas, de forma que las empresas puedan encontrar alternativas diversas para sus necesidades, buscando siempre soluciones innovadoras y flexibles para apoyar en el buen gobierno.
Háblenos de la principal misión del consejero y de sus responsabilidades legales.
La misión de cualquier consejero es facilitar el crecimiento sostenible de la empresa. Esto incluye dos conceptos muy amplios y esenciales. El crecimiento debe ser tanto económico, como de impacto, de propósito y de valor para todas las partes. Y la sostenibilidad debe ser entendida también bajo una visión amplia de supervivencia a largo plazo, incluyendo el entorno y la sociedad en la que opera.
Estos dos componentes, en la práctica, se traducen en dos funciones esenciales: la estrategia (hacia donde se dirige la organización) y el control (mitigar los posibles riesgos que aparecen en el camino).
Esto implica una fuerte responsabilidad. En lo legal, es importante y grave en todo caso, donde la diligencia debida es un concepto central y que obliga a la acción (y, por tanto, la omisión implica negligencia). Pero es incluso más relevante la responsabilidad ética y de compromiso, aunque sus consecuencias externas puedan ser menos evidentes.
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