¿Es cierto que comenzó a trabajar activamente en la vida política cuando apenas contaba 14 años, y se escapaba de casa para ir a pegar carteles del Partido del Trabajo? ¿Qué pensaban sus padres de todo esto?
Es cierto, siempre tuve una inquietud política probablemente porque sea hija también de mi tiempo. Me hice adolescente cuando en España en el ámbito universitario se despertaba una enorme actividad en busca de la libertad; mis padres nunca fueron plenamente conscientes de que yo tenía tal nivel de compromiso con la política y de que iba a pegar carteles, aunque tenía como cómplices a mis hermanos. Ahora les hace gracia, pero estoy segura de que entonces no les hubiera gustado nada, porque vivíamos en una dictadura y que yo estuviera cercana a las posiciones de la izquierda, lo más seguro es que no lo hubieran aceptado.
Para lograr que los principios y valores se conviertan en realidades para los ciudadanos es necesario que las iniciativas logren apoyos mayoritarios. Sólo es posible buscando acuerdos a través del diálogo y el acercamiento de posiciones. Siempre he intentado hacerlo así. En este momento en la Cámara Alta, el PSOE no es la primera fuerza. El PP tiene 123 senadores y nosotros 105. Esta situación nos obliga a buscar el pacto y el consenso con el resto de los grupos de la Cámara y, la verdad, es que lo estamos consiguiendo, gracias a que todos hacemos esfuerzos de flexibilidad y búsqueda de puntos de encuentro. Aquí, en el Senado, además, es mucho más fácil porque también funcionan las políticas de las emociones, o sea, saber ponerse en el lugar del otro. Esta es una Cámara con menor presión, lo que facilita que la gran mayoría de las iniciativas tengan el respaldo suficiente. Yo quiero agradecer a los senadores y senadoras socialistas el gran trabajo que realizan y al resto de los grupos el esfuerzo que hacen para el acuerdo.
El portavoz es aquel que toma las decisiones políticas y la voz del partido en el Senado, pero a mí me gustaría destacar también que en el Partido Socialista somos una dirección colegiada y decidimos los asuntos importantes de forma consensuada, entre todos. Los portavoces tenemos la función de generar actividad, trabajo y obtener una mayor presencia en el Senado. Con los demás portavoces la relación no es buena, sino que me atrevería a decir extraordinaria, incluso con el Partido Popular y concretamente con Pío García Escudero. Y es que la política debe responder a los intereses de las personas, de los ciudadanos que nos votan y de ahí que sea necesario generar formas de diálogo y eso se basa en una buena relación personal, aunque, por supuesto, tenemos visiones políticas absolutamente contrarias. Es propio del Senado el obtener esos acuerdos y creo que lo estamos consiguiendo cada vez más. En esta Cámara existe un buen clima reinante y creo que eso es reflejo de lo que ocurre en la sociedad en general, y que, además, es muy bueno.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2010, que han sido además los más apoyados de las dos últimas legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero; y la Ley del Aborto, porque yo creo profundamente en la libertad de la mujer y entiendo esa Ley como un paso más hacia nuestra libertad. Tengo que decir con orgullo que en esta legislatura las leyes salen de aquí con más apoyo del que vienen desde el Congreso.