Carmen Peñalver
Con carácter general, las empresas (grandes, medianas, pequeñas) suelen pagar a plazo por la venta de bienes o por la prestación de servicios que se realizan entre sí. El pago de esa transacción se realiza a un determinado plazo desde la entrega y facturación del bien. El derecho que el proveedor ostenta frente al deudor mientras esa obligación de pago está pendiente de liquidarse se denomina crédito comercial.
El Factoring y el Confirmar son dos tipologías de productos financieros que permiten al acreedor, a la empresa proveedora, que es quien mantiene el citado derecho, transmitir a un tercero ese crédito comercial y obtener con ello una serie de servicios asociados, principalmente servicios de financiación.
Digamos que Factoring y Confirming® llegan al mismo punto pero por diferentes caminos. En el Factoring es el titular del derecho de crédito quien formaliza directamente con el cesionario (Entidad “compradora del crédito”) la transmisión de determinados créditos comerciales.
En Confirming® el flujo se plantea en sentido contrario. El obligado al pago encomienda a una entidad la liquidación de las obligaciones de pago que tiene con sus proveedores, facilitando a la citada entidad una relación de las órdenes confirmadas a pagar a futuro. Con estas órdenes conformadas, la entidad remite notificación de pago futuro a los proveedores y les oferta simultáneamente “comprar” el citado crédito comercial, de una manera muy ágil, sencilla y sin necesidad de tener relación comercial con la entidad que les notifica.
¿Qué número de empresas están asociadas y cuales han sido las grandes cifras de su sector a nivel nacional en 2018?
Después de numerosas fusiones de entidades entradas de nuevos miembros, en la actualidad somos 23 asociados, con recientes incorporaciones de nuevos operadores que están iniciándose en esta actividad.
En esta línea están representados en la AEF, tanto los grandes Bancos nacionales, como los no tan grandes, algunos Bancos extranjeros, compañías de nicho (que prestan su servicio muy enfocados en una modalidad o sector determinado) y Fintech de reciente creación que prestan sus servicios bajo modelos de negocio ciertamente diferentes a las dinámicas tradicionales de distribución bancaria.
Uno de los ejes fundamentales por el que medimos nuestra actividad es por el Volumen de Cesiones (la suma del importe nominal de los créditos cedidos, tanto en Factoring como en Confirming®). En el año 2018 las entidades miembros de la AEF declararon un volumen agregado de cesiones de 166.391 millones de euros, con un crecimiento del 13,9% sobre el año anterior, lo que viene a significar un 13,8 % del PIB nacional.
La actividad está repartida de manera muy homogénea entre el Factoring (51%) y el Confirming® (49%), siendo del total F&C un 17 % internacional y el resto nacional.
Podemos decir que 2/3 de los créditos comerciales financiados en España se gestionan a través de operaciones de Factoring y Confirming®.
¿Qué pueden aportar el Factoring y el Confirming® a la gestión de las pequeñas y medianas empresas? ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen para ellas?
En un mercado en donde cada vez se van reduciendo más los documentos de pago (letras, pagarés) y los recibos domiciliados entre empresas, el Factoring es una solución muy oportuna, pues la cesión se puede instrumentar sobre la propia factura, y, por tanto, obtener liquidez no depende de terceros. La clave y ventaja es obtener financiación en función de la calidad y tamaño de tus ventas más que en función de la solvencia propia de la empresa o de su patrimonio. Además de la financiación, la tranquilidad de estar cubierto frente a potenciales impagos de los deudores, es una cuestión a veces de supervivencia para una pyme. En otras ocasiones, los servicios de clasificación sirven de sistema prospectivo para iniciar nuevas relaciones con deudores que quieren pagar a plazo, bien nacionales o bien extranjeros.
Por su lado el Confirming® es un producto que por su propia naturaleza nació y creció de la mano de las grandes empresas pagadoras de nuestro país. Allí donde los volúmenes de órdenes de pago y el número de proveedores eran relevantes, establecer una operación de Confirming® era y es una solución ciertamente interesante.
Ahora bien, si hay alguien verdaderamente beneficiado de que el mercado tenga cada vez más operaciones de Confirming® en vigor (en España el pasado año se pagaron mediante operaciones de Confirming® casi 150.000 millones de euros) esa es la pequeña y mediana empresa. Recibir una confirmación de pago junto con una oferta de financiación sin un solo requerimiento u obligación por parte de la empresa proveedora es, probablemente, el mejor y más sencillo sistema de financiación de circulante que una pyme puede tener.