Juan Comas
El Instituto de Estudios Bursátiles nació hace 25 años con el objetivo de formar expertos en economía financiera y su director es Álvaro Martínez-Echevarría y García de Dueñas. Por aquel entonces, España carecía de profesionales especializados tras desaparecer la figura del Agente de Cambio y Bolsa. Desde esos inicios, ha pasado un cuarto de siglo en el que el IEB ha escalado posiciones de prestigio, lanzando titulados altamente cualificados al mercado laboral. Con un perfil altamente técnico en finanzas y Derecho, los estudiantes del IEB disponen de opciones exclusivas en relación a otros centros de formación de postgrado, como son las estancias en la London School of Economics o la Wharton School, instituciones de referencia a nivel mundial que aportan un importante rasgo diferenciador a la oferta formativa del IEB, que se materializa en 12 programas de postgrado y dos grados universitarios.
Están ustedes de aniversario y son ya 25 años. ¿Cuáles son los hitos más relevantes por los que ha pasado IEB?
Su fundación constituyó una auténtica novedad, ya que la actuación en mercados financieros estaba restringida a un cuerpo de élite, que eran los Agentes de Cambio y Bolsa. La supresión de este cuerpo creó la necesidad de formar especialistas en ese ámbito. Los fundadores impulsaron este proyecto, creando el primer centro hispanohablante de formación en materia financiera, que fue el primer Master en dicha materia. Otros de los hitos fueron el patrocinio que la Bolsa de Madrid presta al centro y la conversión en centro universitario oficial adscrito a la Universidad Complutense. Y ya en el ámbito internacional, debemos destacar en el año 2002 la alianza con la London School of Economics, la alianza con Wharton School en el año 2010 y el convenio que acabamos de suscribir con la Chinese University of Hong Kong.
¿Cómo está formado el claustro de profesores y, sobre todo, qué aportan los profesionales del mundo de la empresa que imparten clases?
Este es uno de los elementos diferenciales del IEB. Intentamos que sean catedráticos del máximo nivel, y si logramos que tengan actividad profesional externa a la Universidad, mejor. Para los programas master exigimos que los profesores estén en activo, sean profesionales de los mercados financieros y, además, con un nivel decisoriamente alto. Esto hace que mientras ellos están en contacto con los mercados por la mañana, por la tarde se lo transmiten a los alumnos, lo que aporta al alumnado una proximidad a la realidad cotidiana muy diferenciadora en relación con otras opciones de formación.