Juan Comas
Cuando la situación económica entra en complicaciones, el trabajo de las asociaciones empresariales se dispara. Así lo ve Alfonso Tezanos, presidente de la Confederación de Empresarios Minorista, Autónomos y de Servicios de la Comunidad de Madrid (CECOMA), una gran organización que aglutina a cerca de 60.000 empresarios que encuentran en la actualidad multitud de frentes abiertos para subsistir. Desde el problema del “botellón” para el ocio madrileño hasta la liberalización de horarios para los comerciantes, pasando por la ley que viene en camino sobre terrazas y veladores para la hostelería. Son asuntos que mantienen en alerta a esta agrupación de 144 organizaciones empresariales.
¿Cuál es su opinión sobre la liberalización de horarios comerciales aprobada recientemente en la Comunidad de Madrid?
Los comerciantes estamos en una situación de absoluta debilidad. Somos un colectivo aplastado por las grandes marcas y franquicias. Lo que antes era sólo un problema con las grandes superficies, ahora se agrava con el mercado asiático y con las medianas cadenas de alimentación, que también vienen pisando fuerte. Además, hay que sumar un problema tan ignorado como son los operadores de conveniencia, establecimientos que, por ejemplo, además de servir un café con leche se dedican a la comercialización de todo tipo de artículos, ya sean regalos o productos de alimentación. No creemos que la ampliación de horarios vaya a solucionar los problemas de cualquier comercio. En todo caso, a través de CEIM, nuestra patronal, hemos pedido que se mantenga una supervisión y observancia acerca del comportamiento de esta norma que se ha aplicado, midiendo sus consecuencias. Si no son buenas, tendremos que pedir cuanto menos una vuelta atrás.
¿Cree usted que va a ser difícil acabar con la venta ambulante ilegal que tanto perjudica a los comercios de la Comunidad de Madrid?
A la venta ilegal se le denomina venta callejera, no ambulante. Hace muchísimo daño a los comercios y, además, a las grandes firmas, porque lo que se hacía hasta ahora era especialmente poner en circulación productos de imitación. Lo que estamos viendo es que en la actualidad la venta callejera es directamente por encargo. El daño es irreparable, y la responsabilidad es sobre todo de la Administración, porque conoce el problema desde hace años y si hace algún tiempo los vendedores callejeros salían corriendo cuando veían una patrulla de Policía, hoy ni se inmutan.