Arturo Díaz
A&G Banca Privada se constituye en 1987, promovido por una serie de grupos familiares y empresarios españoles, para gestionar sus propios patrimonios. Se puede decir
que nació entonces el primer “multi-family office” español. Hoy, tras la obtención de la licencia bancaria y con 7.000 millones de euros bajo gestión, son una de las
principales firmas de Banca Privada en nuestro país. Alberto Rodríguez-Fraile es su presidente.
¿Qué supone para ustedes tener como accionista de referencia a la entidad suiza EFG International? ¿Quién ostenta el resto del accionariado?
En 2008 entra en nuestro accionariado EFG Internacional, un importante grupo bancario suizo con presencia en más de 20 países que a día de hoy cuenta con una
participación del 56 por ciento en A&G. Desde su entrada, el equilibrio que supone el respaldo de un grupo como éste unido a la participación del 44 por ciento en el
accionariado por parte de los socios locales, que además están presentes en la gestión, se está demostrando como una historia de éxito.
¿Qué les hace a ustedes diferentes a la hora de practicar la Banca Privada?
En el caso de A&G Banca Privada hay tres aspectos que, en su conjunto, nos diferencian del resto de competidores:
La independencia respaldada que nos proporciona nuestro socio EFG, que nos permite trabajar con los estándares de calidad de un gran grupo internacional y a su vez
mantener la independencia en la toma de decisiones
Una estructura de Socios, en la que el 44 por ciento del accionariado está en manos de los ejecutivos y banqueros, lo que asegura su compromiso con el proyecto y es
la clave para atraer talento.
Nuestro modelo de banqueros en el que ellos son el primer garante de la integridad y de la calidad de los servicios que proponemos a nuestros clientes y así,
liberados de conflictos de intereses, alinean sus objetivos de forma natural con los clientes.
