José Miguel Sánchez
Psicólogo motivacional, experto en empresa y deporte. Profesor IE Business. Coach ejecutivo y autor de los libros “El viaje del líder”, “La experiencia de resetearse” y “Poderoso como un niño”.
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Recientemente impartía un taller sobre liderazgo y una de las directivas que asistía me preguntó, ¿cómo se sabe cuándo necesitas contratar un coach ejecutivo? Mi respuesta fue que no había un momento específico, sino que dependía más de los objetivos que se persiguiesen.
Si lo que quieres es aprender algo técnico, busca un formador, si lo que quieres es aprender de la experiencia de alguien más experto que tú en un aspecto concreto, busca un mentor. Si buscas alguien que te dé tips o recetas que tú no tienes o no ves, busca un consultor o un asesor.
Sin embargo, si lo que quieres es descifrar emociones que te bloquean y que te sabotean en momentos de la verdad, pensamientos negativos que se repiten con frecuencia y que te llevan a conductas que te limitan, probablemente sea el momento de trabajar con un coach ejecutivo. Si además tiene formación o conocimientos en psicología o comportamiento humano, mejor que mejor porque podréis trabajar esa mochila repleta de hábitos que no te permiten gestionar conflictos adecuadamente, liderar desde la empatía, influir en otros de manera positiva, etc.
El coaching ejecutivo es una disciplina que nace en Estados Unidos. En un principio, comenzó en el ámbito del deporte y posteriormente pasó al ámbito empresarial. Volviendo a adquirir gran relevancia, en el ámbito del deporte de élite.
A pesar de que profesionalmente nace hace poco tiempo, es algo que ya Sócrates llevaba a cabo, es decir, retar a otra persona a sobrepasar sus límites a través de preguntas poderosas para que ella se conociera y se entendiera mejor a sí misma. A través de las preguntas, el coachee generará nuevos recursos que no era consciente que tenía.
El coaching es un proceso que ayuda al cliente a alcanzar resultados que sobrepasan sus límites, consiguiendo cosas que antes no se había atrevido a llevar a cabo. En este sentido, el proceso le hace crecer, porque le lleva a impulsarse más allá de lo que creía que era capaz de alcanzar.
Partiendo de que el coaching es una herramienta que nos puede ayudar a superar dificultades, hay una serie de elementos que hay que tener claros antes de comenzar un proceso de coaching.
En primer lugar, el coaching no es un proceso en el que alguien que sabe más que tú te asesora o forma en habilidades que tú desconoces, es decir, no es un consultor/asesor al uso. Muy al contrario, el coach va a trabajar contigo en sacar todo el talento que tú atesoras y que a veces has llegado a dudar de que lo tuvieras.
En segundo lugar, el coach trabajará contigo en identificar qué barreras emocionales o creencias limitantes te están impidiendo en este momento conseguir los logros que desearías. Es decir, qué te dices a ti mismo que no te deja liberar ese talento que ya tienes. Cuando hablamos de creencias limitantes, nos referimos a algo que damos por hecho, que creemos cierto desde hace muchos años y que en ningún momento nos hemos planteado que pueda ser de otra manera. Una creencia es algo que nos ha acompañado en nuestro camino y que posiblemente nos está cerrando puertas que ahora podríamos necesitar.
Por tanto, la tercera característica del proceso de coaching es que te permite generar posibilidades que ni siquiera eras consciente de que podían estar ahí.
Durante un proceso de coaching vas a descubrir capacidades antes dormidas, que te van a llevar a ver nuevas formas de hacer las cosas. Claramente, esto es lo que necesitamos en momentos de incertidumbre empresarial, descubrir otras formas de llegar a nuestros clientes, de gestionar nuestros recursos, de motivar a nuestros empleados, de resolver conflictos…
En cuarto lugar, todo proceso de coaching lleva asociados planes de acción, es decir, el proceso te pone en marcha, te moviliza a la acción. El objetivo es superar límites en tu puesto de trabajo, en tu empresa, en tu departamento y, por qué no, más allá del ámbito profesional. Los planes de acción son generados durante la sesión de coaching y llevados a cabo entre sesiones, de este modo la sesión se convierte en un espacio de reflexión para aclarar las ideas y promover el descubrimiento de nuevas formas de hacer, que se ponen en marcha en el terreno, en el día a día.
El cliente puede trabajar temas como la gestión de personas, de proveedores, de clientes. Puede entender qué le impide tomar ciertas decisiones o asumir ciertos riesgos, puede identificar nuevas habilidades que pensaba que no poseía y que le sirvan para alcanzar otros resultados no esperados anteriormente.
En definitiva, el coaching es una herramienta que utilizada por coaches profesionales posibilita al cliente a afrontar escenarios como el actual desde una nueva perspectiva. Esto le ayudará a darse cuenta de que posee una serie de recursos que le van a permitir salir con éxito de un número importante de situaciones complejas y retadoras.
Con lo apuntado en estos párrafos, podemos decir que el coaching en el entorno actual es una herramienta absolutamente indispensable para todo autónomo, empresario o directivo que quiera atravesar este periodo de “desaceleración económica” con visos claros de éxito.
En estos momentos, donde hay indicadores claros que nos muestran que hay que “apretarse el cinturón”, reducir los costes, controlar las inversiones..., ¿para qué querría un directiv@ contratar los servicios de un coach profesional?