Antonia Chinchilla, abogada.
En el entorno empresarial actual, cumplir la Ley y la ética corporativa se han convertido en pilares esenciales para la sostenibilidad y el crecimiento de las organizaciones. Así, los canales de denuncias, obligatorios para todas las empresas del sector privado, con cincuenta o mas empleados, permite que estos, proveedores y terceros puedan denunciar prácticas indebidas de forma confidencial y segura. Para muchas empresas, más allá de una exigencia legal, el canal supone una herramienta estratégica que, además de reducir riesgos y reputación, es una oportunidad para el ahorro financiero y la optimización operativa. De modo que la implantación obligada del canal de denuncias puede transformarse en la ventaja competitiva y financiera deseada por las organizaciones.
Son cada vez más países, los que imponen en sus normas la obligación a las empresas de contar con un canal de denuncias, que permita reportar irregularidades de forma segura. En el caso de la Unión Europea, por ejemplo, la Directiva (UE) 2019/1937, también conocida como la Directiva de Protección a los Denunciantes. Esta directiva no sólo se aplica a grandes empresas, sino también a pymes y organizaciones de sectores específicos donde la transparencia y el control son prioritarios.
No es por casualidad que Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, también han regulado la implementación de estos sistemas, cuya finalidad es la de crear a través del ordenamiento jurídico, un entorno empresarial más transparente y ético, protegiendo a denunciantes frente a represalias.
No es por casualidad que Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, también han regulado la implementación de estos sistemas
Es cierto que un canal de denuncias puede suponer un coste inicial, pero sus beneficios financieros a corto y largo plazo superan con creces la inversión. El canal de denuncias se convierte en una herramienta que permite a las organizaciones, identificar y erradicar riesgos internos, e incluso antes de que estos generen pérdidas económicas graves. Todo esto es la puerta que da entrada a optimizar sus procesos y mejorar el ambiente de trabajo.
Un problema de gravedad y letal para las empresas son los fraudes internos. Ningún área de la organización queda exenta de riesgo y su impacto financiero puede llegar a ser demoledor. El canal de denuncias, permite detectar estas prácticas a tiempo, reduciendo significativamente los costos asociados a investigaciones, sanciones posteriores y perdidas económicas.
Así lo muestran las estadísticas y estudios de asociaciones contra el fraude, como la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE), que sostienen que las empresas que cuentan con canales de denuncia activos, detectan fraudes más rápidamente y con menores pérdidas. Al contar con una herramienta de prevención como el canal de denuncias, las empresas pueden investigar y corregir las irregularidades antes de que suceda el delito, evitando daños y reduciendo los gastos asociados a investigaciones externas.
Todos sabemos que el incumplimiento de las normas tiene como consecuencia, además de la responsabilidad penal o civil, sanciones y multas cuantiosas que, en ocasiones, pueden tambalear la viabilidad financiera de la empresa. El canal de denuncias en las empresas, supone un compromiso con el cumplimiento normativo y la ética, reduciendo el riesgo de sanciones tras las temidas auditorías o inspecciones. A tener en cuenta, que, en el caso de cometer una infracción, contar con un canal de denuncias bien gestionado demuestra que hay una adecuada diligencia por parte de la empresa, pudiendo reducir posibles sanciones.
El canal también actúa como un mecanismo de prevención de daños, como puede ser la reputación, uno de los activos más valiosos para cualquier empresa. Por ello, se debe incidir en la ética y buenas practicas para que no se vea afectada por factores internos o externos. Un caso de fraude, discriminación o acoso mal gestionado, puede suponer un escándalo público y provocar la pérdida de clientes y disminución de las finanzas e incluso su extinción.
La externalización del Canal de Denuncias, produce una mejora en las finanzas de las organizaciones. Son cada vez más las empresas que optan por externalizar el servicio. Muchas llaman confiando en mi experiencia y la de mi equipo en la gestión de sus canales. Esto permite a muchas organizaciones delegar en nosotros esa gestión de las denuncias como proveedor especializado que asegura confidencialidad y profesionalismo en el tratamiento de los casos, sin necesidad de realizar una inversión inicial en infraestructura o capacitación de personal.
El canal tiene beneficios financieros y legales, impacta positivamente en el apartado laboral. Al poner al alcance de todos los empleados este medio confidencial, los equipos se sienten seguros y protegidos, ayudando a crear un ambiente de trabajo basado en la confianza y el respeto. Se crean relaciones saludables, pasando a ser los empleados más conscientes de sus responsabilidades y del impacto de sus acciones. Además, reduce los conflictos internos y aumenta la satisfacción laboral, disminuyendo la rotación de personal y aumentando las finanzas de la empresa por el ahorro en costos de contratación y formación.