José Miguel Sánchez
Psicólogo motivacional, experto en empresa y deporte. Profesor IE Business. Coach ejecutivo y autor de los libros “El viaje del líder”, “La experiencia de resetearse” y “Poderoso como un niño”.
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Comienza un nuevo año, una nueva oportunidad de revisar lo hecho hasta ahora y cambiar para mejorar nuestras acciones, nuestras creencias y, si caben, nuestros valores. En definitiva, quiénes somos y cómo nos comportamos en función de cómo nos vemos.
2022 ha finalizado, ese año de la recuperación que no lo ha sido tanta como esperábamos, pero que ha pasado ya. Nos quedan retos por delante porque puede que lo peor no lo hayamos dejado atrás todavía. Sin embargo, es el momento de mirar hacia delante y poner el foco en todo aquello que nos permitirá seguir creciendo personal y profesionalmente.
A mi modo de ver, 2023 es el año para posicionarse en el nuevo escenario, para aprender de los errores cometidos y atreverse a asumir nuevos riesgos que nos lleven a nuevos aprendizajes. Es un año en el que no debemos regirnos por el miedo, sino por la oportunidad, porque las habrá, porque aparecerán nuevas posibilidades que irán mostrándose para que las tomemos. En la mayoría de los casos, hacerlo dependerá única y exclusivamente de cada uno de nosotros.
Para ello, podemos y debemos elegir el estado en que queremos recibir al nuevo año. La elección transita entre recibirlo con cautela y miedo o decidir hacerlo con nuevos bríos y preparados para probar nuevas formas de hacer. Elegir una u otra opción nos llevará a diferentes lugares.
La cautela y el miedo nos llevarán a permanecer agazapados y casi escondidos para que no se nos vea demasiado y, por tanto, no conseguiremos avanzar demasiado. Si decidimos probar diferentes modos de afrontar los retos, de llevar a cabo nuestras acciones, estaremos abriendo nuevas posibilidades que nos llevarán a nuevos objetivos y que nos permitirán mejorar con respecto a donde estábamos en 2022.
Por tanto, ¿qué decisión tomamos?, ¿nos guiamos por el miedo o decidimos probar nuevas posibilidades?
Para mí la decisión es clara, seguir probando y probándonos para ver cuáles son nuestras capacidades y cómo las podemos desarrollar para mejorar personal y profesionalmente. Pero, ¿cómo se hace esto?
En primer lugar, debemos elevar nuestros estándares, es decir, identificar cuál es la mejor versión de nosotros mismos y perseguirla hasta conseguir las mejores capacidades que poseemos para el ámbito en el que queremos desarrollarlas. Esto que puede parecer algo teórico y poco tangible, es muy parecido a lo que hacen los deportistas de élite. Compiten contra ellos mismos, forzando al máximo su “máquina” y una vez que han conseguido el nivel que desean, comienzan a competir contra los demás. Dicho de otro modo, el tiempo de entrenamiento, de probar diferentes métodos, de llevar a cabo varias estrategias te llevará a identificar aquello en lo que eres fuerte, lo que se te da bien y el valor añadido que puedes aportar en tu día a día para ser mejor en lo que haces.
¿Nos podemos imaginar un deportista en cualquier disciplina, que comience a competir sin haberse preparado con una pretemporada adecuada? Sería impensable, entonces ¿estamos dispuestos a hacer lo mismo?
En el mundo profesional también competimos al máximo nivel, sin embargo, mi experiencia me dice que no nos preparamos ni preparamos a nuestros equipos para que den su mejor versión con una pretemporada adecuada. Al contrario, demasiadas veces comenzamos a jugar los partidos casi sin haber entrenado, confiando en que con lo que ya sabemos seremos capaces de ganar el partido. Por ello, el comienzo de 2023 será el mejor momento para prepararnos para el año que vamos a afrontar. No hacerlo es probable que nos lleve a acabar perdiendo el partido, desmotivados, enfadados, desilusionados e incluso dejando algún miembro del equipo por el camino debido a las lesiones o al bajo rendimiento.
Conseguir la mejor versión de nosotros mismos y de nuestros equipos debe ser nuestro objetivo para 2023. Para ello el entrenamiento en nuevas habilidades y la repetición de las mismas hasta dominarlas son elementos clave para el éxito. Ya no vale lo que nos llevó al éxito hace dos o tres años, ahora los nuevos escenarios nos piden nuevas formas de afrontarlos y hacerlo depende única y exclusivamente de nosotros.
Por último, en un año como el que comenzamos, es importante preparar nuestra mente para asumir los retos desde el positivismo y con una fuerza extraordinaria, es decir, con capacidad para sobreponerse a las adversidades que podamos encontrar y aprender de las mismas para mejorar nuestro rendimiento.
Nuestra mente es un elemento clave y podemos trabajarla de la misma forma que lo hacen los deportistas de élite. Podemos entrenarla en solitario o podemos buscar un entrenador que nos ayude a hacerlo, en cualquier caso, debemos recordar que nuestras nuevas habilidades racionales y nuestras habilidades emocionales deben trabajar de manera alineada para llevarnos al éxito en 2023.
Independientemente de cómo venga el nuevo año, la manera de gestionarlo siempre dependerá de ti. Prepárate para poner toda la carne en el asador, sin importar cuál sea la adversidad o el reto al que te enfrentes. Esa elección será siempre tuya.