María Helena de Felipe, es abogada laboralista de rempresa, cofundadora de FES Consulting Empresarial en 1991, consultoría legal para el apoyo de las Pymes.
Representante institucional de distintas organizaciones empresariales cúpula, apoyando las posiciones empresariales para las pymes y las políticas de igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo. A nivel regional es vicepresidenta de Foment del Treball, (la organización empresarial catalana, la más antigua de Europa, fundada hace más de 250 años) presidiendo la comisión de asuntos internacionales.
A nivel nacional es vicepresidenta de CEPYME la Confederación Española de pequeña y mediana empresa, representando los asuntos europeos como consejera en el Comité Económico y Social Europeo y ostentando en el Comité la vicepresidencia de asuntos exteriores.
A nivel europeo, es vicepresidenta de SMEunited, la organización empresarial europea de Pymes, presidiendo la comisión de asuntos sociales, y a nivel internacional, presidenta y fundadora en 2002 de AFAEMME, la Federación de Organizaciones de Mujeres empresarias de la zona Euro-Mediterráneo, con sede en Barcelona, aglutinando 63 organizaciones de mujeres empresarias procedentes de 23 países ribereños mediterráneos, cuyo objetivo durante estos 20 años ha sido y es el posicionamiento de la mujer en puestos de decisión económica, el apoyo de la mujer al emprendimiento y la formación empresarial a través del desarrollo de múltiples programas, organización de conferencias y foros internacionales y establecimiento de acuerdos con distintas administraciones y empresas.
A continuación, y dada su experiencia, nos explica cómo ve los desafíos a los que se enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas de Europa. Y, también, cuáles son algunos de los objetivos que tiene SMEunited para este año 2024 con el fin de ayudar a las Pymes.
Desafíos para las Pymes en los próximos años
En los últimos años, las 22.5 millones de empresas micro, pequeñas y medianas de Europa se han enfrentado a las crisis mundiales más grandes desde la Segunda Guerra Mundial: la pandemia del COVID-19, la crisis de abastecimiento de materias primas, la guerra en Ucrania, el déficit de energía y, por último, la elevada inflación.
Todos estos han sido obstáculos serios a los que las pymes europeas se han enfrentado. Han demostrado su resistencia y continúan navegando por las transiciones en un mundo donde las economías están experimentando transformaciones profundas. Europa no puede permitirse que sus pymes no logren hacer frente a estas transformaciones.
Por lo tanto, el principal desafío para las Pymes europeas es recuperar y mejorar su competitividad, lo que presenta a la UE una serie de desafíos.
Entre ellos tenemos la avalancha regulatoria que pesa sobre las Pymes. Durante los próximos cinco años, las pequeñas empresas europeas se verán obligadas a adaptarse a normativas cuyo impacto concreto sobre los empresarios no siempre es posible predecir.
Es por eso, por lo que es necesario que la UE de seguimiento al compromiso del Paquete de Ayuda a las Pymes para implementar medidas para garantizar que la legislación tenga en cuenta las necesidades y características específicas de las pequeñas empresas. En términos generales, sería que cada nueva iniciativa evalúe primero la posibilidad de mejorar las reglas existentes antes de implementar otras nuevas. Esto generaría una verdadera simplificación regulatoria.
Otro desafío es la educación inicial hasta la formación profesional dual y la mejora de las capacidades físicas y sociales a lo largo de la vida laboral de las personas.
También es necesario adoptar medidas en materia de políticas de empleo que permitan que más trabajadores, especialmente mujeres y jóvenes, accedan al mercado laboral. importante para las pymes europeas es el acceso a las capacidades y el talento. Las Pymes europeas se enfrentan a enormes problemas a la hora de contratar personal debido al cambio demográfico en el que estamos inmersos.
A su vez facilitar el acceso a la financiación es un tercer desafío para los próximos años. Según aborda la presidencia belga de la Unión Europea para el primer semestre del 2024, la prioridad está en fomentar la protección de los consumidores e inversores y la financiación de la economía real con la mejora del acceso a la financiación de las pymes; abordar este desafío significaría facilitar el acceso de las pymes europeas a sistemas financieros y mercados alternativos, ya que la financiación bancaria cada vez es más restrictiva, así como establecer regulaciones que fomenten la inversión en pequeñas empresas, y combatir la morosidad.
Por supuesto, facilitar las transiciones digital y ecológica para las empresas es un enorme desafío. El proceso de descarbonizar Europa, por un lado, y digitalizar la economía europea, por el otro, no puede emprenderse sin las pequeñas y medianas empresas europeas, que son vitales para el éxito de estos procesos. Por este motivo, las instituciones europeas han de implicar a las pymes europeas en estos procesos y darles un papel protagonista.