Ramón Lara
En un continente donde la riqueza agrícola se exporta cruda mientras las economías locales importan productos procesados, existe un modelo diferente. En Ghana, la Agribusiness Consortium (AAC) del Grupo Jospong está demostrando que es posible cerrar el ciclo de valor dentro de las fronteras nacionales, transformando no sólo la cadena de suministro, sino también la vida de miles de agricultores, trabajadores y comunidades rurales. Su CEO lleva más de dos décadas navegando el emprendimiento privado y ahora lidera una de las operaciones más complejas del Grupo Jospong. Su trayectoria es un testimonio del poder de la mentalidad de mejora continua: comenzó como Asistente Administrativa en la Compañía de Electricidad de Ghana, pero su pasión por resolver problemas la llevó a construir y dirigir sus propios negocios, fortaleciéndose en liderazgo, disciplina financiera y toma de decisiones bajo presión. Hoy su misión es clara: mostrar que la agroindustria africana no tiene por qué depender de importaciones, que los pequeños productores pueden prosperar dentro de sistemas estructurados, y que la innovación, sostenibilidad e impacto social no son contradictorios con la rentabilidad empresarial.
Ghana produce materias primas de gran valor, pero gran parte se exporta sin procesar. ¿Qué estrategias está impulsando AAC para fortalecer la agroindustria local y cerrar el ciclo de transformación dentro del país?
Ghana pierde mucho valor porque exportamos materias primas sin procesarlas nosotros mismos. En AAC trabajamos para cambiar esto construyendo sistemas de cadena de valor completa en los cultivos con los que trabajamos. Por ejemplo, en la yuca no sólo procesamos garí, sino que también nos preparamos para expandirnos hacia chips de yuca y otros usos industriales. Esto permite que los agricultores ganen más y mantiene el valor del cultivo dentro del país. En arroz, AAC ya produce, procesa y embolsa arroz bajo nuestra propia marca, AAC Rice. Estamos fortaleciendo este modelo para que la producción, molienda, control de calidad y empaque estén todos integrados localmente. Nuestra estrategia a largo plazo es replicar estos sistemas en otras cadenas de valor mejorando el apoyo a los agricultores, invirtiendo en equipos de procesamiento moderno y colaborando con instituciones de investigación. El objetivo es simple: transformar más de lo que Ghana produce, crear empleo y cerrar la brecha de agregación de valor que ha limitado la agroindustria.
Desde su posición como CEO del Agribusiness Consortium del Grupo Jospong, ¿cómo definiría la próxima frontera del agroempresariado ghanaés en un contexto marcado por el déficit de producción alimentaria y la creciente deuda derivada de la importación de alimentos?
La próxima frontera del agronegocio ghanaés estará marcada por un cambio hacia cadenas de valor local sólidas que puedan competir con las importaciones. Creo que Ghana se está moviendo hacia un modelo donde grandes granjas comerciales, esquemas de productores organizados, plantas de procesamiento moderno y sistemas de mercado confiables trabajan juntos como un solo ecosistema. Cuando estas piezas se alinean, el país puede cerrar gradualmente su déficit alimentario. Para llegar a este punto, los actores clave deben trabajar de manera más coordinada. El gobierno proporciona la dirección política, el sector privado aporta inversión y tecnología, y los agricultores se convierten en parte de sistemas de producción estructurados. Es un esfuerzo colaborativo donde nadie prospera verdaderamente si los demás se quedan atrás.
¿Qué pasos considera esenciales para que Ghana avance hacia la autosuficiencia dentro de la estrategia africana de seguridad alimentaria?
Para que Ghana se acerque más a la autosuficiencia, debemos enfocarnos en construir sistemas locales confiables que puedan alimentar al país de manera consistente. El paso más esencial es fortalecer la producción a escala, tanto a través de granjas comerciales como de redes organizadas de pequeños productores. Cuando los agricultores tienen acceso a mecanización, insumos de calidad, riego y apoyo técnico, la productividad aumenta y la oferta de materias primas se vuelve más estable. El segundo paso clave es expandir nuestra capacidad de procesamiento y almacenamiento. Si Ghana puede moler, secar, almacenar y empacar más de sus propios alimentos, automáticamente reducimos nuestra dependencia de importaciones. Finalmente, debemos alinear las políticas nacionales, la inversión del sector privado y la investigación. Cuando estos tres se mueven juntos, Ghana puede jugar un papel más fuerte en la agenda de seguridad alimentaria de África.
Después de más de dos décadas de experiencia en el emprendimiento privado, ¿cómo ha trasladado su visión empresarial y su estilo de gestión al liderazgo operativo de un conglomerado tan consolidado como el Grupo Jospong?
En los negocios aprendes a ser práctico, orientado a resultados y muy consciente de la eficiencia. He llevado esa misma mentalidad a mi rol en el Grupo. Me enfoco en objetivos claros, trabajo en equipo sólido y toma de decisiones rápida, porque las grandes organizaciones necesitan velocidad y disciplina para crecer. Creo que los líderes deben entender el trabajo sobre el terreno, no sólo los informes. Esto me ayuda a responder rápidamente a los desafíos, guiar mejor a los equipos y construir sistemas que funcionen realmente en la práctica. En Jospong tenemos la oportunidad de escalar lo que aprendí en mis negocios anteriores, pero con recursos mayores y responsabilidad más profunda.
Entrevista completa en la versión impresa



