con cuestiones de regulación energética y derecho de la energía en general, prestando también especial interés a las energías renovables, derecho de la contratación
pública y derecho comunitario. También ha extendido su área de práctica a materias generales como derecho mercantil civil y administrativo, contando con un
departamento procesal para el asesoramiento en procedimientos judiciales, además de arbitraje.
de la contratación internacional, participando en la negociación y redacción de contratos de construcción de infraestructuras energéticas y de financiación de las
mismas.
en general, prestando también especial interés a las energías renovables, derecho de la contratación pública y derecho comunitario. También ha extendido su área de
práctica a materias generales como derecho mercantil civil y administrativo, contando con un departamento procesal para el asesoramiento en procedimientos judiciales,
además de arbitraje.
energética. Tras mucho esfuerzo se han logrado metas importantes en la construcción de un mercado interior de la energía y hemos iniciado el proceso hacia una
auténtica unión energética. El adecuado equilibrio entre la sostenibilidad, la competitividad y la seguridad en materia energética sigue siendo nuestro objetivo
común. Es evidente que existen grandes retos y enormes dificultades para conseguirlos. Incrementar las interconexiones, compatibilizar la lucha contra el cambio
climático sin incrementar nuestros costes energéticos y dar soluciones inteligentes a las manifestaciones de pobreza energética que la crisis económica ha puesto de
relieve en los países más afectados, son algunos de ellos, y es evidente que no siempre se acierta con las soluciones más adecuadas, pero como conclusión, podemos
decir que el sector energético europeo goza de buena salud.
aislados y es absolutamente prioritario reducir ese alto grado de aislamiento. Por otro lado, el boom económico característico de los años de bonanza también tuvo su
manifestación en el sector energético, lo que motivó un exceso de infraestructuras, en particular en generación, que poco a poco vamos ajustando. Resulta también
evidente que no hemos alcanzado en comercialización el nivel de competencia que sería deseable. Pero al igual que indicaba anteriormente, podemos igualmente concluir
que tenemos un sector energético moderno, tecnológicamente avanzado que tiene todavía que afrontar cambios significativos en especial en los mercados minoristas, en
la regulación de la generación distribuida, y en un adecuado equilibrio en el régimen económico financiero, entre otros.