esencia y la razón de ser de la Armada no ha cambiado a lo largo de sus muchos
siglos de existencia: la defensa de España y la protección de los españoles y
de sus legítimos intereses en y desde la mar. Más concretamente, la Armada
tiene el cometido principal de preparar a sus unidades para su puesta a
disposición de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas. Estructura que, a las órdenes del Jefe de
Estado Mayor de la Defensa, es la que conduce y ejecuta las operaciones
militares en España.
en el ámbito institucional la Armada es un referente nacional de la acción del
Estado en la mar, llevando a cabo importantes cometidos tales como contribuir a
la capacidad científica y de investigación en el ámbito marítimo, preservar y
difundir el patrimonio histórico de la Armada, proteger el patrimonio
arqueológico subacuático español, fomentar y cooperar con la industria naval
española y en la vigilancia e inspección pesquera, colaborar con todos los
organismos del Estado con competencias en el ámbito marítimo cuando ellos lo
requieran, presentar el punto de vista marítimo en los asuntos de interés
nacional y asesorar a la estructura operativa sobre aspectos específicos
navales.
en el presente siglo?
divulgar la importancia de la dimensión marítima de España, su enorme
dependencia económica y comercial de la tradicional libertad de navegación, de
la seguridad de las comunicaciones marítimas y de la explotación de los
recursos que nos ofrece la mar. Muestra de ello es la importancia de nuestro
sector pesquero, que mantiene su liderazgo en Europa; el incremento del volumen
de nuestro comercio marítimo y, en particular, el abastecimiento de hidrocarburos
que recibimos, casi en su totalidad, por vía marítima o por conexiones
submarinas, y del que dependemos para satisfacer la cada vez mayor demanda de
energía de nuestro país. Estos aspectos son de especial responsabilidad para la
Armada, siempre dentro del ámbito de la acción conjunta.
consecuencia, el papel de la Armada resulta fundamental para un país como
España. Para contribuir a la Defensa y a la Seguridad Nacional, en la Armada
estamos trabajando para disponer de una Fuerza Naval que debería estar en
condiciones de asegurar el uso libre y lícito de los espacios marítimos de
soberanía e interés, y el cumplimiento del Derecho Marítimo.
la Fuerza Naval debería contribuir a la disuasión y, llegado el caso, estar en
condiciones de combatir y vencer. Finalmente, esta Fuerza Naval, con su fuerte
carácter expedicionario, debería contribuir a la proyección de la estabilidad
internacional en escenarios alejados en defensa de los intereses nacionales.
importante señalar que en los exigentes escenarios de los conflictos modernos
del siglo XXI, la Fuerza Naval tiene que tener la capacidad de actuar en los
ámbitos marítimo, incluido el litoral, aeroespacial, cibernético, e incluso en
el cognitivo, que es en el que se desarrollan las percepciones humanas.
cómo el conjunto de medios humanos y materiales que se agrupan y organizan con
el cometido principal de prepararse para la realización de operaciones
militares. Está formada por buques, aeronaves y unidades de infantería de
marina, de vanguardia tecnológica, con un cada vez mayor componente de diseño y
construcción nacional, que nos proporciona la soberanía necesaria para su libre
empleo por parte de nuestro gobierno.
con un nivel de alistamiento elevado. Es capaz de colaborar de forma resolutiva
con los problemas inmediatos, los que más preocupan a nuestro Gobierno y
afectan más directamente a los españoles por su cercanía física o emocional.
Del mismo modo se prepara para resolver situaciones más complejas y exigentes,
propias de la disuasión, la gestión de crisis y los conflictos de alta
intensidad.
moderna, en donde prima la calidad sobre la cantidad. Mantiene un fuerte
carácter expedicionario y está preparada para la acción conjunta y combinada
con el resto de las Fuerzas Armadas de España, de países aliados y amigos, así
como para cooperar con otras agencias nacionales e internacionales que tienen
competencias en el ámbito marítimo.
ejercer el control del mar limitado en el tiempo y espacio, y proyectar el
poder naval sobre tierra.