Enseñar en los barrios más difíciles, mejorar la vida de las personas de su entorno más cercano y, posteriormente, la de todos los castellano-manchegos desde su cargo de consejero de Presidencia del Gobierno de Castilla-La Mancha. En estas tres fases se resume la importante actividad profesional de Santiago Moreno, de quien podría decirse que es la “mano derecha” del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, con quien comparte, además de ideas políticas, una misma manera de trabajar, que consiste en huir del despacho en la medida de lo posible “para estar a pie de calle conociendo de primera mano lo que la sociedad necesita y comprobando cómo funcionan las iniciativas que el Gobierno de Castilla-La Mancha pone en marcha para conseguirlo”, según sus propias palabras.
¿Qué relevancia tiene para usted la dirección y coordinación de la política informativa del Gobierno?
Hoy en día es vital comunicar las cosas que uno hace. La actividad pública conlleva no sólo el diseño de políticas, sino también la ejecución de esas políticas, su evaluación de resultados y su transmisión a los ciudadanos. La sociedad debe saber lo que estás haciendo porque tiene derecho a opinar sobre ello y la comunicación hoy en día es fundamental para cualquier responsable público y político. El deber de cualquier gobierno es tener una política de comunicación clara y constante, que traslade a la opinión pública las explicaciones pertinentes acerca de la inversión de su dinero y en qué se priorizan gastos.
¿Está en vanguardia el Gobierno del presidente Barreda en cuanto a los ajustes en número de Consejerías, disminución de entes, empresas, fundaciones públicas, etc? ¿Es éste el Gobierno Autonómico más reducido de España?
Sí es cierto; muestra de ello es que hemos pasado de tener 14 Consejerías a contar sólo con 7, incluso tenemos menos que los gobiernos de Ceuta y Melilla, además hace una semana hemos aprobado una ley de reordenación del sector público que logrará que pasemos de tener 93 entidades a contar sólo con 42. Es un recorte importante y eso significa que damos ejemplo de austeridad, no puede ser que se lo pidamos constantemente a los ciudadanos y nosotros no lo hagamos.
¿Piensa usted que el partido de la oposición en Castilla La-Mancha está haciendo una oposición constructiva?
En absoluto, pero no lo digo yo, sino que todos los medios de comunicación lo recogen cada día. Cuando Caja Castilla La-Mancha planteó la primera posibilidad de fusión con Unicaja, todos sumamos esfuerzos para que fuera lo menos dolorosa posible para los empleados; sin embargo, María Dolores de Cospedal y su grupo de dirigentes, simplemente para perjudicar a Barreda, intentaron hundir la CCM y en parte lo consiguieron, porque gracias a las 90 ruedas de prensa que organizaron hablando de este asunto asustaron mucho a la sociedad y en tres meses se retiraron 1.200 millones de esa entidad. Ante esta situación, el Banco de España intervino porque había un grave problema de liquidez que luego se ha ido sorteando, pero a día de hoy todavía siguen intentando boicotear esta fusión. Otro ejemplo clarificador de su actitud fue su negativa a poner en marcha en los ayuntamientos bajo su mandato, un plan de choque para que los ciudadanos que no tuvieran ya ninguna prestación por desempleo pudieran trabajar durante un tiempo en los consistorios y lograr de nuevo el derecho a la misma; afortunadamente, cuando se les cayó la cara de vergüenza por no contratar a ninguna persona en esa difícil situación, comenzaron a aplicar este plan.
¿Qué va a ofrecer el PSOE a los ciudadanos castellano-manchegos en las próximas elecciones municipales y autonómicas?
Les ofreceremos seguir avanzando en sanidad, educación, infraestructuras, servicios sociales y cohesión de la Comunidad. El programa busca seguir haciendo que Castilla La-Mancha consolide una economía que genere riqueza y eso significa apostar por las nuevas tecnologías, la comunicación, el I+D+I; es decir, no sólo debemos estar en los sectores tradicionales, aunque hay que mantenerlos en la medida de lo posible, sino que buscamos avanzar en otros campos, porque ahí está el futuro.