Aunque la bodega lleva sólo abierta desde el año 2007, en Lagar da Condesa llevan cuatro generaciones vinculados al mundo del viñedo. Sin embargo, hace poco más de cinco años, Evaristo Juncal y Mercedes Froján decidieron trasladar esa pasión familiar a un negocio. Así nació la bodega situada en una pequeña villa gallega y enmarcada en la denominación de origen Rías Baixas. Y de sus cepas, cuidadosamente seleccionadas y que mezclan tradición y tecnología a partes iguales, nacen tres vinos de gran calidad: Lagar da Condesa y VIA XIX (albariño) y Lagar da Condesa caiño tinto. Mercedes Froján su presidenta, nos habla del vino de su familia, de cómo aunar tradición y modernidad sin perder un ápice de calidad y de la situación del vino en España.
¿Cómo nace el proyecto de la creación de la bodega?
En el año 2003 adquirimos unas fincas a las que siempre les hemos tenido un gran cariño. El bisabuelo de mis hijos trabajó en ellas gran parte de su vida y la idea de elaborar allí un vino especial era algo que siempre ha estado en nosotros. Por ello, decimos que Lagar da Condesa es un sueño de cuatro generaciones, un sueño que empieza con el abuelo de mi marido y continúa con nuestros hijos.
¿A qué se debe el nombre de la bodega y qué peculiaridades tiene la zona donde está situada?
Las botellas son auténticas obras de arte ¿Cuidan ustedes hasta el más mínimo detalle?
Queremos que la botella sea el reflejo del vino que hay dentro, un vino de calidad, elegante y tradicional.