La capital de Estonia es Tallín. Es uno de los países menos poblados de los 27 de la Unión Europea, de la que forma parte, con una población de 1,3 millones de habitantes. Tiene lazos históricos y culturales con los países nórdicos y tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo. Mantiene relaciones diplomáticas con España desde hace 100 años.
Su país es miembro de la Unión Europea y limita con Letonia, Rusia, el Golfo de Finlandia y el Mar Báltico. ¿Cómo es el pueblo estonio en general?
Nuestra forma de ser viene dada por la situación geográfica en la que se encuentra Estonia. En primer lugar, estamos en el norte de Europa. Somos nórdicos, tranquilos y seguimos la lógica de pensar antes de decir algo. Al mismo tiempo, siendo un país abierto al mar por el norte y el oeste, somos de mente abierta, estamos listos para experimentar e innovar y tenemos curiosidad por el mundo. Y eso no sólo como personas, sino como sociedad. Esta mentalidad nos ha llevado a ser de los más inteligentes, smart-EST (evaluación PISA) e innovadores (más unicornios per cápita en el mundo), una de las sociedades más digitalizadas del mundo.
¿Cuándo comienza su trayectoria diplomática? ¿En qué otros países ha estado presente? Y en España ¿desde cuándo?
Soy diplomática desde 2000 cuando comencé mi carrera en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia. He trabajado dos veces en Bruselas con asuntos de la UE y como embajadora bilateral en Bélgica y Luxemburgo; en la Embajada en Berlín con asuntos económicos (soy economista por la formación), y en Viena como embajadora en la OSCE. Por lo tanto, Madrid es mi tercer puesto como embajadora. Llegué a Madrid en el verano de 2019 (acreditada también en Andorra y Argelia). ¡Y me encanta!
Como embajadora en España, ¿cuáles son sus prioridades de actuación en la actualidad ante nuestro Gobierno, instituciones, empresarios, etc.?
En general, mi objetivo en España es conseguir que las relaciones entre nuestros países sean más amplias, en diferentes niveles y en diferentes temas como digitalización, educación, tecnologías verdes, intercambio cultural, etc.
Estonia, como país casi totalmente digitalizado - hay sólo dos cosas que no se pueden hacer hoy digitalmente: casarse y divorciarse- se ofrece a España para usar nuestra experiencia a la hora de digitalizar un país empezando por la administración pública. Como he mencionado antes, otro tema es la educación, ya que Estonia tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo y estamos abiertos a intercambiar nuestras experiencias en este campo también.
Estonia y España están geográficamente lejos la una de la otra, pero somos aliadas en la OTAN y la UE. Y los temas que tratamos en estas dos organizaciones son también prioridades en nuestras relaciones bilaterales: seguridad transatlántica y europea, bienestar de nuestros ciudadanos, energía, digitalización, cambio climático y asuntos ecológicos. El alto precio de la energía nos afecta, por ejemplo, a los estonios de la misma manera que a los españoles.
¿Cómo ve las relaciones bilaterales España-Estonia, en cuanto a la política, la cultura, la sociedad? ¿Cuáles son sus impresiones y perspectivas?
Este año celebramos el centenario de las relaciones diplomáticas entre Estonia y España y me agrada decir que estas relaciones han sido buenas a lo largo de estos 100 años. La gran distancia geográfica que nos separa, situados a ambos extremos de Europa, se ve compensada con la mentalidad europea que compartimos, constituyendo el núcleo, el centro de nuestro pensamiento.
Ser aliados de la UE y de la OTAN obviamente refuerza nuestra cooperación. Esto crea también una solidaridad que sentimos entre los dos países. España contribuye activamente a la seguridad en nuestra región participando en la misión de la OTAN, pero también estamos actuando juntos en la región del Sahel garantizando la seguridad en el sur de Europa.
La diplomacia tiene siempre el rostro de una persona y las relaciones entre nuestros pueblos juegan un gran papel en nuestras relaciones. Hay que tener en cuenta la cultura, la educación, las relaciones económicas, etc. Si conseguimos que nuestra gente conozca mejor nuestra diferente cultura, el idioma, la mentalidad empresarial, la naturaleza, la historia, la literatura y el humor, estaremos creando relaciones que van más allá de la cooperación diplomática oficial.