Hay en la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias un pequeño centro privado, dedicado a dar servicio a personas con discapacidad intelectual, que lleva ya casi trece años apoyando a chicos que tienen entre un 35% y un 85% de disminución, cuyo nombre lo dice todo: Talismán, que se puede traducir, tal y como dice su gerente y a la vez directora, Maribel Brito, no sólo “como un amuleto que te da la suerte”, sino como su traducción del griego, “unión de todos”.
¿Qué es Talismán?
Somos una entidad sin ánimo de lucro, privada, que nace en el año 2009, en la zona de la Sierra Oeste de la Comunidad de Madrid, y abre su centro en San Martín de Valdeiglesias, dando servicio a personas discapacitadas residentes en poblaciones limítrofes de Madrid, Toledo y Ávila, como por ejemplo Navas del Rey, El Tiemblo. De ámbito rural, pequeño, pero con programas formativos que enganchan a nuestros chicos y les hacen caminar con ilusión hacia el futuro.
¿Y por qué ese nombre?
Puede parecer en un principio que se trata de lo que significa en sí misma la palabra, de amuleto para que te de suerte en la vida. Pero hay algo más, si lo miramos en su traducción desde el griego, significa “unión” y eso es lo que somos nosotros, la unión de todos, la creación de un equipo fuerte que nos permita sacar a los chicos adelante. Queremos crear oportunidades para que nuestros chicos se sientan útiles.
Se funda en el año 2009 por un grupo de padres preocupados por el desarrollo educativo de sus hijos
Sí. En esa fecha un grupo de padres, unos doce, preocupados por ver que sus hijos con algún tipo de discapacidad no encuentran en la zona ningún centro donde pudieran acudir para poder seguir formándose y creciendo como personas, así lo acuerdan y se ponen manos a la obra. Su objetivo es, por lo tanto, la formación y la inserción sociolaboral. Y en el caso de aquellos de sus hijos que tienen una mayor discapacidad, que vayan mejorando en su autonomía y autoestima. Hay que tener en cuenta que estamos a 70 kilómetros de Madrid, y que no hay ningún centro en las proximidades donde pudiesen acudir para seguir formándose
¿Un centro rural, pequeño y privado?
Somos como un centro de día, dado que no tenemos residencia y que los chicos vienen de 9 a 14 horas, y luego se van a sus casas. Atendemos a personas con inteligencia limitada, síndrome de Dawm, y otras patologías, que en algunos casos no forman parte de algunos de los programas de inserción laboral que desarrollamos, pero que sí de nuestras actividades de ocio. Actualmente, tenemos 26 usuarios, que reciben formación en el vivero, 17, y el resto, son personas con otro tipo de discapacidades, y vienen a nuestro centro para desarrollar diferentes actividades de ocio. Todos ellos en edades comprendidas entre los 17 y los 63 años.
¿No cuentan con comedor, y ruta?
No. No nos podemos permitir el coste de ambos servicios. Necesitamos algo más importante, otro monitor, que nos puede costar unos 30.000 euros al año. Y entonces lo que haríamos sería poder abrir la puerta que tenemos cerrada y con lista de espera. Los chicos vienen por sus medios, a veces difíciles, pues las comunicaciones a través del trasporte público son muy complicadas en esta zona, y no hay los autobuses suficientes para poder moverse en un amplio horario, e incluso hay alguno que tiene que salir antes para regresar a casa.
Habla de la formación como un objetivo fundamental de Talismán.
Lo más importante es que estas personas se sientan útiles, que tengan una motivación diaria en su vida para acudir a un centro que les pueda permitir una inserción laboral, en algunos casos. Y en otros, aprender, incluso, a leer y escribir, pues se han quedado atrás en su educación elemental y precisan de ese apoyo.