Juan Aznar es presidente ejecutivo de Mutuactivos, la entidad de gestión de activos financieros de Mutua Madrileña que se ha consolidado como la mayor gestora independiente de grupos bancarios de nuestro país. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, y MBA por la Universidad de Hartford, lleva más de 16 años en Mutuactivos, entidad de la que destaca dos rasgos diferenciales: la independencia y la alineación de intereses. Mutuactivos cuenta en la actualidad con una amplia oferta de fondos de inversión, seguros de ahorro y fondos de pensiones. Respecto a estos últimos productos, Juan Aznar habla con optimismo. “Hoy más que nunca tenemos la convicción de que los sistemas de capitalización privados van a ganar predicamento como complemento al sistema público de reparto”, asegura.
Cuando usted llegó a Mutuactivos, en el año 2004, la compañía gestionaba un patrimonio de unos 2.000 millones de euros. Hoy el patrimonio bajo gestión supera los 8.500 mil millones, más de cuatro veces más. Mutuactivos se ha consolidado como la primera gestora de fondos de inversión independiente de grupos bancarios. ¿Cuáles son las claves del éxito?
Las bases ya eran muy sólidas. Sólo hacía falta un mayor dinamismo comercial, ya que el Mutuactivos de entonces era más “cerrado” a la hora de dar a conocer su forma de gestionar y la consistencia de sus resultados. Realmente, eran los clientes los que venían a Mutuactivos; conocíamos muy poco sobre sus circunstancias personales y patrimoniales, sus objetivos, sus inquietudes, etc.; en definitiva, faltaba el conocimiento del cliente. En todo este tiempo, hemos invertido mucho para cerrar este gap de conocimiento. El impulso de la transformación tecnológica ha sido determinante para ello.
Mutuactivos comenzó operando como entidad de gestión de activos de Mutua Madrileña, pero pronto abrió sus productos a inversores particulares (institucionales y minoristas) y hoy estos ya representan más del 50% de su patrimonio gestionado. ¿Cómo lo han conseguido sin contar con una red de oficinas, como sí tienen los bancos?
El rasgo diferencial de nuestra propuesta de valor, y consecuentemente de nuestro crecimiento, gira en torno a dos conceptos estrechamente vinculados: la independencia y la alineación de intereses. Hoy pueden parecer ideas devaluadas por el uso indiscriminado y cosmético que se hace de estos términos, pero es lo que verdaderamente ha atraído a terceros inversores a Mutuactivos. La independencia estriba en que nadie, fuera del departamento de inversiones, determina qué activos tienen que entrar en nuestras carteras, y en que nuestra gestión no está influenciada por una red que condicione qué producto hay que lanzar, cuánto hay que vender, o a qué precio. La alineación de intereses es manifiesta cuando Mutua Madrileña y el propio Mutuactivos son uno de los principales inversores en nuestros fondos. Nos jugamos nuestro balance y, créame, el due dilligence que hacemos a la hora de incorporar cualquier activo a nuestra cartera es intenso y profundo.
En los últimos años, Mutua ha realizado varias adquisiciones en el mercado, tanto bancas privadas (Alantra WM y Orienta Capital) como gestoras de fondos (EDM, Cygnus AM y Alantra AM). ¿Cuáles son las claves de este crecimiento inorgánico? ¿Pasa su plan estratégico por seguir creciendo de esta manera?
Todas las entidades que hemos incorporado a nuestro perímetro comparten unos atributos comunes: se trata de modelos de negocio complementarios con el nuestro; constituyen franquicias reconocidas en sus distintos ámbitos de actuación; y, lo más importante, existe una elevada sintonía con sus equipos directivos. La generación de valor futuro no se basa en las sinergias de costes, sino en dotar a estas franquicias de los medios y recursos de Mutua para acelerar su crecimiento. De ahí nuestro enfoque prudente, más basado en un modelo de partnership.
Seguiremos analizando las oportunidades que se presenten, siempre que respondan a estas características. No nos importa esperar. Pero vamos a discriminar mucho: tampoco nos importa perder oportunidades, no entrar en un buen negocio; lo que queremos evitar es entrar en uno malo.