Arturo
Díaz
problema: la automatización de tareas de una manera sencilla. Eran consultores
que trabajaban para Barclays y comenzaron construyendo una solución que con el
tiempo se convirtió en Blue Prism.
Desde enero de este año están operativos en España.
son sus poderes a nivel mundial, o sea, países con presencia física, países con
usuarios de su solución, cifra de negocios en 2019, empleados, número de
empresas clientes, etc.?
Prism tiene origen británico, por lo que la presencia en Europa es fuerte pero
somos una compañía global: Tenemos clientes en todo el mundo, y nuestra
presencia acompaña este crecimiento, 6 oficinas en US, Dubái, Rusia, Sudáfrica,
Hong Kong, China, Australia… ¡y desde 2020 Madrid!
negocio está creciendo muchísimo, un 83% a nivel mundial, al igual que el
número de clientes, que ya son más de 1.700. En nuestro año fiscal 2019
facturamos 101 millones de Libras, y ya somos más de 1.000 empleados.
automatización inteligente de procesos?
De mi pasado conozco bien el mercado de Cloud, y España no es líder en adopción
de nube, otras regiones como Francia o Italia están más avanzadas. No es el
caso en Automatización inteligente, donde España es líder y tenemos clientes
maduros, que han pasado del tradicional RPA (Robot Process Automation, mera
repetición de tareas) al RPT (Radical Process Transformation) utilizando Blue
Prism como un acelerador digital que les permite hacer cosas que antes no
podían. De hecho, hay algunos casos como Telefónica, donde están siendo
pioneros en el mundo Telco y líderes mundiales en su sector, con un nivel de
innovación sorprendente que, además, les está dando una ventaja competitiva importante.
inteligente de procesos. Es “el sistema operativo” que te permite coger tus
procesos, automatizarlos, darles trazabilidad, eliminar errores, añadirles capacidades
inteligentes, transformarlos, unir tus aplicaciones entre ellas, y todo de una
manera muy sencilla y ágil para el negocio.
empresas de su sector?
donde nacimos y desde donde hemos crecido enormemente: Nuestra solución es la
elegida en estos sectores por la seguridad y el cumplimiento normativo. Nuestra
arquitectura es centralizada, controlada por IT desde el data center, y no ejecutándose en el desktop de manera independiente: Podemos asegurar a auditores,
abogados o a cualquier requerimiento normativo cómo se ejecutan los procesos,
con qué credenciales, y decirte también cómo se ejecutó ese proceso hace 4 años
-que habrá cambiado con el tiempo-, quién lo autorizó… este punto es crítico,
no se pueden tomar atajos con según qué procesos de negocio.
en el mercado para automatizar. Algunas con interfaces muy visuales al usuario
final, con efecto guau. Esto funciona
bien cuando sólo tienes un proceso. Pero cuando tienes un banco, con centenares
de procesos automatizados, que interaccionan entre sí, con interdependencias,
si no está resuelta la escalabilidad y el gobierno puede ser incluso peor el
remedio que la enfermedad. Blue Prism, tras 7 años en el mercado, tomó una
decisión complicada y difícil: Rediseñó en 2008 de manera completa el core de nuestro software desde cero con esto en mente, pues vimos que no era
posible escalar a centenares de procesos/robots con la plataforma según había
nacido. Nuestros competidores todavía están con el mismo enfoque que empezamos
en Blue Prism, algunos de sus clientes migran a Blue Prism al ver que tocan
techo. Estoy seguro que con el tiempo se verán obligados a rediseñar su
arquitectura para hacerla como es actualmente Blue Prism.
desplegar la solución de una manera muy ágil, proyectos que se ejecuten en días
y no en meses: Nuestra plataforma es de tipo “No Code”, lo que permite crear y
reutilizar objetos, manteniendo la seguridad y el control desde IT, pero
desplegando de una manera muy rápida desde el negocio, porque no necesitas
escribir código o tener expertos en RPA, necesitas expertos en los procesos de
negocio.
nuestro CEO y accionista es nuestro fundador y cotiza en la bolsa de Londres,
lo que nos obliga a ser muy estrictos con lo que decimos, publicamos, y la
transparencia de los datos. En otras compañías, sus dueños son fondos de
capital riesgo, cuyos objetivos no tienen por qué coincidir con los de sus
clientes.