Juan Comas
Javier Mirallas es presidente de ICS, una firma con dos áreas de negocio; por un lado, ICS Solutions, destinada a dar apoyo a empresas en proceso de restructuración, concurso u otras circunstancias y por el otro, ICS Intelligence, que ofrece servicios de inteligencia para empresas.
Usted es experto en inteligencia corporativa, pero ¿cómo definiría este concepto?
La inteligencia corporativa se refiere al uso de todos los datos y herramientas para facilitar a las empresas la toma de decisiones. El dominio del entorno, la tecnología y el uso adecuado de la información, permite anticiparse a los problemas y planificar con garantía su solución. Los aspectos económicos, políticos, tecnológicos, sociales y normativos interaccionan en el mundo de la empresa, obligando a una visión estratégica y coordinada de los mismos a través de un método global de análisis.
¿Y cómo lo aplican desde ICS Intelligence?
Nuestra operativa se basa en el análisis multidisciplinar, aunando los conocimientos de especialistas en el ámbito de la política, la industria, los negocios, la universidad, la comunicación, la ciencia forense y la ciberseguridad.
¿Las empresas prestan suficiente atención al diseño de programas de inteligencia corporativa?
En absoluto. Las empresas cometen el error de pensar que términos como ‘inteligencia’ son propios de películas de espías o de grandes empresas y se equivocan. Trabajar con herramientas de inteligencia sirve para prevenir riesgos y amenazas que pueden afectar a la reputación de una empresa hasta condenarla incluso al cierre.
Actualmente, y más desde la pandemia, las empresas han empezado a reforzar sus canales digitales. Los riesgos a prevenir y los problemas que se pueden evitar, así como la planificación estratégica en la toma de decisiones, requiere de la intervención, de forma indispensable, de la ciberinteligencia.
¿Falta cultura de antelación, de anticiparse a los posibles riesgos?
Efectivamente. España es un país de pymes, sólo en nuestro país hay más empresas que en Francia y Alemania juntas debido a la fragmentación del mercado y eso lleva a los empresarios a confundir, en muchas ocasiones, lo urgente con lo importante. En ICS analizamos los riesgos y ayudamos a los empresarios a tomar decisiones de carácter preventivo o de futuro que van a favorecer su crecimiento como empresa y le van a ayudar a evitar muchos problemas.
Usted preside la Cámara de Comercio Brasil-Cataluña. ¿Cuál es su misión?
La Cámara de Comercio Brasil-Cataluña (CCBC) es una asociación sin ánimo de lucro inaugurada en 2011, cuyo principal objetivo es fomentar y facilitar las relaciones económicas entre Brasil y Cataluña, actuando como punto de encuentro entre las empresas catalanas con presencia o interés en Brasil y las empresas brasileñas que desean instalarse en Cataluña como puerta de entrada a España y Europa. Cuenta actualmente con cerca de 200 empresas asociadas y mantenemos una colaboración leal con la Cámara Brasil-España de la que nos orgullecemos de ser parte activa.
¿En qué punto están las relaciones comerciales entre Cataluña y Brasil?
Muy intensas y a la vez con mucho camino por recorrer. Las empresas catalanas suponen una cuarta parte de la actividad de las empresas españolas con Brasil, pero las compañías del conjunto de España, y con ellas las catalanas, tienen aún mucho caudal de crecimiento. Actualmente, el ámbito de la maquinaria, el farmacéutico, el turístico, el energético y el de las infraestructuras son lo que acumulan las principales inversiones. El compromiso del Gobierno de Brasil en el capítulo de las privatizaciones, abre una ventana de oportunidades muy grande junto a las reformas que se están llevando a cabo.
Usted ha escrito mucho recientemente sobre la importancia de las instituciones europeas para hacer frente a la pandemia ¿Está Europa a la altura del momento difícil que estamos viviendo?
Siempre es necesaria más Europa, más unión, más trabajo conjunto. Europa es un espacio de libertad, el mejor invento político de los tiempos recientes. Es normal que Europa zozobre, hacer frente a las amenazas procedentes de un no acuerdo para el Brexit, la posición poco amistosa de USA y la relación de vecindad difícil con Rusia suponen un reto para la presidenta de la Comisión y el presidente del Consejo. A todo esto, se ha venido a sumar la pandemia y ahí la respuesta europea ha sido económica y políticamente importante en un marco de alta incertidumbre.
Ahora corresponde a los estados miembros estar a la altura de la propuesta económica de Europa y saber prepararse a nivel presupuestario y administrativo para recibir los recursos pactados y construir sin vacilar “Los Estados Unidos de Europa”.