Muncharaz nace de la búsqueda de independencia. Los clientes, cada vez más informados, demandan profesionales menos ligados a las entidades financieras y más alineados a sus intereses. Guillermo Balmaseda Rodríguez es su director de Patrimonios.
¿Cómo son los clientes de Muncharaz y qué tipo de necesidades patrimoniales y financieras tienen?
Nuestros clientes son muy heterogéneos, de todo nivel patrimonial y muy diverso nivel de cultura financiera, siendo un cliente muy recurrente y abundante el propio profesional del sector. Cada vez más gente ligada a nuestro sector, banqueros de otras entidades, selectores, ventas de gestoras, empleados de banca, gestores de fondos de inversión, profesores de áreas financieras, directores financieros de empresas, etc. nos eligen para ser sus proveedores.
Por tanto, ¿cuáles son los pilares del servicio?
Sin duda nuestro servicio se edifica sobre valores personales. Creamos la compañía confiando en el éxito de seguir las clásicas virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza (entendida como conocimiento) y Templanza. Todas ellas fundamentales para que el servicio de banca privada sea solido a largo plazo.
¿Hasta qué punto es correcto decir que en España la cultura financiera es escasa? ¿Es esto cierto también en los clientes de banca privada y grandes patrimonios?
Por desgracia esto es todavía una verdad, aunque cambiante, y en proceso de mejora. Son muchos los clientes que estos años han empezado a concienciarse de la importancia de una adecuada formación financiera, y el acceso a educación y a la información que proporciona internet están ayudando mucho. Pero aún son mayoría los clientes de toda condición, -incluidas grandes fortunas- que no tienen un nivel financiero suficiente que les permita discriminar el buen y mal producto o servicio.
¿Qué aporta un banquero independiente a la gestión de patrimonios de sus clientes en comparación con la banca tradicional?
La banca tradicional como tantos sectores provenientes de oligopolios, no han tenido la necesidad de perfeccionar sus productos y servicios tanto como las empresas que llegaban nuevas a la industria, ya que la oferta disponible y la cultura financiera imperantes eran muy reducidas. En España, con la llegada de las gestoras de fondos internacionales, dando un acceso democratizado a la inversión profesional e independiente, han empezado a abrir las posibilidades del sector de la Banca Privada.
Además, gracias a la tecnología, cada vez más asesores independientes han podido canalizar esas inversiones a verdaderos expertos destacados en prácticamente cualquier región del mundo o sector de actividad.
Para el sector financiero existen varias clasificaciones de clientes, tanto por su actividad profesional, como por la generación de recursos y también patrimonio consolidado, entre otras, hablando pues de banca personal, banca privada o grandes patrimonios. En Muncharaz, ¿a qué segmento de clientes aportan más valor añadido?
En Muncharaz podemos aportar un valor añadido diferente a cada tramo de clientes, a los cuales, por otro lado, nosotros no categorizamos. Trabajamos los mismos asesores con todos los clientes, eso si, ayudándonos de los departamentos necesarios dependiendo de las necesidades de cada cual.
Los clientes peor tratados en general son siempre los que tienen patrimonios más pequeños. Estos reciben como solución a sus necesidades, siempre un producto de la propia entidad. Este conflicto de interés a la hora de seleccionar producto nosotros no lo tenemos.
Es también frecuente, encontrarnos las carteras de grandes patrimonios muy cargados de producto propio. A estos clientes no sólo les mejoramos las comisiones que pagan, y les ampliamos las alternativas de inversión, sino que además les explicamos de forma clara sus inversiones y les facilitamos una mayor y mejor información de las mismas.
Para los clientes denominados por las entidades como Ultra High Networth, nosotros les ayudamos a consolidar posiciones en diferentes entidades, evitando la duplicidad de los productos o el solapamiento de los subyacentes, y controlamos el proceso operativo asegurando su adecuada ejecución en tiempo y forma.
La industria financiera y particularmente la de la banca privada, no es ajena a la transformación tecnológica, a los cambios regulatorios, ni a los cambios sociales. ¿De dónde venimos y hacia dónde se encamina la industria?
El sector financiero se sigue modernizando; la normativa europea MIFID sigue trabajando para fomentar la transparencia de las entidades y proteger a los clientes de posibles conflictos de interés como los que acabamos de comentar.
Además, las inversiones van virando con más velocidad hacia empresas gestionadas de manera más sostenible y responsable.
El siguiente paso vendrá de la mano de la tecnología. Bien desarrollándolo las actuales entidades financieras, o bien las grandes compañías tecnológicas que entren en el sector de la inversión. La homogenización en los lenguajes informáticos y la interconexión entre entidades y servicios permitirá facilitar los procesos y darán libertad de custodia a los clientes para alojar sus inversiones en diferentes entidades y países, haciéndolo de una manera cómoda y ágil.