Es la voz y el rostro de la Generalitat de Cataluña. Un político “hombre fuerte”, de absoluta confianza de Artur Mas, es la suya una función muy transversal, de enorme importancia: Hacer de Presidencia un Departamento potente, bien organizado, bajo el liderazgo del propio president. Ejercer como portavoz del Govern, lidiar con los medios de comunicación Y, al tiempo, coordinar funciones entre las demás Consellerias. Curtido en la política desde muy joven, pese al consejo paterno de “Estudia, gánate la vida y no te líes”, Francesc Homs pertenece a ese grupo de jóvenes convergentes, activistas, como Oriol Pujol y David Madí, que sienten a Cataluña, su historia, su lengua y su cultura, en lo más profundo. “Sabemos dónde estamos y sabemos dónde vamos”, es su lema. Gran estratega del Estatut, dicen quienes bien le conocen que fue “El padre de la criatura, lo tenía todo en la cabeza”. Le ha tocado trabajar en una etapa de duro Plan de Ajuste y defiende a ultranza el Pacto Fiscal para Cataluña: “No puede haber una solidaridad central única”. Como buen representante del “seny”, es partidario del dialogo y los pactos: “Pero ahora estamos muy solos, la otra parte, el Gobierno central, no cumple”. Y Francesc Homs lo tiene muy claro: “Cataluña no puede seguir siendo la redentora de España”.
¿Qué competencias corresponden a la Secretaría General de la Presidencia?
¿En qué situación se han encontrado ustedes la Administración catalana después de ganar de forma amplia las elecciones? ¿Y las finanzas públicas?
Las finanzas públicas se encuentran en una situación extremadamente complicada, y no lo hemos ocultado nunca. Lo hemos dicho desde el primer día sin ánimo de reprochar nada a nadie, sino de ser transparentes. Pero cabe decir que es la primera vez desde 1980 que el Govern de la Generalitat tiene que reducir presupuestos. Por ello, desde el comienzo, uno de los puntales de la acción de Gobierno ha sido precisamente la estabilización de las finanzas, con medidas obligadas de austeridad, ahorro y control del déficit: como quiera que hay menos ingresos, eso nos obliga a gastar menos si no queremos hipotecar de forma irreversible el Estado del Bienestar y el futuro de nuestros hijos.
Aparte de presentar el plan de equilibrio en Madrid, hemos empezando adelgazando la Administración (hemos reducido un 20% el número de departamentos, un 23% los altos cargos y un 43% el personal eventual) adelgazando también la estructura de la Generalitat o facilitando a particulares y emprendedores sus iniciativas con una ley Ómnibus que estamos preparando y que permitirá eliminar los corsés burocráticos a los que a menudo tienen que enfrentarse. La situación nos exige actuar con responsabilidad y firmeza y es lo que estamos haciendo. Porque son medidas necesarias, imprescindibles si queremos generar confianza en la ciudadanía, garantizar el Estado del Bienestar y el autogobierno. No podemos hacer otra cosa, porque no se puedo hipotecar el futuro de nuestro país.
Durante los años de mandato del tripartito, Cataluña ha perdido peso específico en el conjunto del Estado; ¿a qué se debe?
El contexto actual de crisis económica se ha agravado por varios motivos como el déficit fiscal catalán, la falta de infraestructuras básicas para nuestro territorio como el Corredor del Mediterráneo, pero también por una falta de firmeza en la defensa de los intereses de Cataluña en Madrid. Con todo, más allá de motivos que hayan llevado a Cataluña a la situación actual, la noticia positiva es que tenemos un país y suficientes activos en varios ámbitos para seguir adelante.
Los catalanes han dado un mandato a CiU para que invierta la tendencia negativa de los últimos años. ¿En qué consistirán las líneas maestras del Govern del presidente Mas?
Como ha explicado el presidente, los primeros meses del Govern los hemos dedicado y los estamos enfocando a levantar a Cataluña para volver a hacerla más fuerte, más dinámica, más creativa, para crear iniciativas que generen puestos de trabajo, que se pueda distribuir mejor la riqueza, con mayor justicia social... Actualmente tenemos centrada la actuación del Ejecutivo en tres prioridades: la estabilización financiera de las finanzas públicas; la dotación de más herramientas para superar la crisis económica y también en el pacto fiscal, del que ya hemos empezado a poner los cimientos. Nos hace falta una Administración más saneada económicamente, porque eso nos hace más fuertes y nos permitirá dotarnos de más mecanismos para salir de la crisis económica, que, globalmente pero también en nuestra casa, afecta a tantas familias, como lo demuestra el hecho de que marzo se cerró con más de 600.000 personas sin empleo en nuestro país.