Jose Miguel Sánchez.
Psicólogo motivacional, experto en empresa y deporte.
Profesor IE Business
Coach ejecutivo con más de 3.000 horas de coaching ejecutivo.
www.jmiguelsanchez.com
Los aplausos a las 8 de la tarde, las muestras de solidaridad entre vecinos, los policías arriesgándose por la población, el ejército desinfectando residencias de ancianos, los camioneros, personal de supermercado, limpieza etc., al pie del cañón en pleno confinamiento y, sobre todo, los sanitarios como soldados que luchan denodadamente contra un enemigo invisible al que vencerán.
Éstas son las imágenes que perduran en nuestra retina en las últimas semanas. Pero cuando esta guerra finalice con la victoria del personal sanitario y cuando todos volvamos a nuestras rutinas, nos deberíamos preguntar, ¿qué vamos a hacer diferente?
Nuestra vida y nuestra relación en el entorno laboral no debería ser la misma que la que era antes de la pandemia del COVID19. Este confinamiento debe enseñarnos que somos capaces de trabajar también en remoto, que podemos colaborar en grupo, aunque no estemos sentados al lado de nuestro compañero de equipo y que también podemos dar nuestra mejor versión cuando no tenemos a nadie que controle continuamente lo que hacemos.
Para ello, debemos auto gestionarnos, comprometernos, apasionarnos con nuestro trabajo; en definitiva, conseguir ese auto liderazgo que nos permitirá dar lo mejor de nosotros mismos, independientemente del lugar en el que nos encontremos.
Para alcanzar este nuevo reto al que nos enfrentamos, los equipos han de tener objetivos claros y medibles, que permitan comprobar que el rendimiento esperado se está produciendo.
¿Qué se espera entonces de nosotros en este futuro organizacional, una vez que las compañías hayan tomado sus decisiones sobre ERTES o ERES? Cuando haya pasado la primera ola de expedientes de regulación, ¿cómo será la relación con nuestros empleados?
Sabiendo que nos enfrentamos a una recesión en la economía global, sabiendo que esta pandemia va a dejar a numerosos países en un estado crítico debido al parón en la actividad productiva y comercial, sabiendo que esto conllevará un reajuste de los recursos y capacidades de las empresas, ¿qué podremos hacer, una vez realizado este reajuste y vuelto a una normalización de las tareas?
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