Carlos Moro (Valladolid, 1953) preside Bodegas Familiares Matarromera, un grupo empresarial que ha crecido no sólo en el mundo del vino, en el que ya trabaja en más de media docena de denominaciones de origen, sino que busca nuevos sectores y trabaja en proyectos con compañías como Vodafone, Iberdrola y LG.
Nunca le ha faltado inquietud para hacer su particular apuesta por la innovación, la tecnología, la sostenibilidad… parece que va en su propio ADN, y no demuestra cansarse. Es más, se le ve más ilusionado que nunca.
Vislumbra con optimismo el horizonte 2030, en el que ya hemos puesto la mirada. “Somos testigos de un momento apasionante y me siento pleno de ganas y de fuerza para seguir apostando por estos valores y estos conceptos. Afortunadamente, el tiempo nos va dando la razón en ello y las tendencias se van consolidando”.
Ha sufrido las consecuencias de la pandemia COVID-19, pero sigue manteniendo el rumbo trazado con anterioridad. “Hay que proyectar hacia dónde se quiere ir y caminar hacia ese objetivo con la humildad del trabajo duro, las ganas y la importancia de un equipo unido que cree en unos mismos objetivos”.
Señor Moro, se cumple un año de pandemia, un año que ha trastocado nuestras vidas, ¿cómo enjuicia usted el año transcurrido desde la perspectiva empresarial que le ha tocado vivir?
Ha sido un año realmente complejo, quizá el más difícil de toda mi trayectoria profesional. Un año en el que se han trastocado los principios y las bases de funcionamiento del mercado y de la empresa y en el que ha habido que actuar con el mayor conocimiento, minuciosidad y aplicando la mayor experiencia y compromiso por parte de todos. Desde el comienzo de la pandemia está siendo un periodo de mucho trabajo para poder analizar cada uno de los aspectos de la empresa, adaptarnos a la situación y reenfocar el futuro. Las decisiones que estamos adoptando las hacemos desde el convencimiento de que es lo más conveniente para el crecimiento de la compañía y el desarrollo de nuestro equipo.
Para un grupo empresarial en constante crecimiento como es Bodegas Familiares Matarromera, ¿qué afectación ha tenido el coronavirus en el desarrollo de sus proyectos?
Muy importante, bastante grave, nosotros tenemos distintas actividades, por ejemplo, restaurante, hotel, enoturismo, aparte de los vinos, aceites, aguardientes, cosméticos... con una consolidada presencia en el ámbito internacional en más de 80 países, con lo cual afecta a todos los elementos. Como muestra, la división de enoturismo se ha visto afectada totalmente con las limitaciones de desplazamientos y la ausencia de turistas internacionales. En cuanto a las áreas de venta; hay canales que quedaron totalmente parados, como es el caso de las tiendas en los aeropuertos o en las propias aerolíneas donde la presencia de nuestras marcas es habitual.
La hostelería, por supuesto, no sólo en España sino en otros países importantes para nosotros como Estados Unidos, México o China. Por lo tanto, ha habido que reenfocar todos los canales y tratar de darles una adecuada solución. La apuesta en el canal digital era algo que llevábamos años realizando, con lo que nuestra estructura operativa y logística ha trabajado muy bien durante los meses más duros del confinamiento.
¿Y en qué medida ha podido recuperar esos proyectos después de los doce meses tan atípicos?
Todos los proyectos que teníamos siguen en marcha, así como todos los planes de plantación de viñedos, todas las acciones de las bodegas, las inversiones en mejoras tecnológicas… Lo que hemos realizado es disminuir el ritmo que llevábamos y adecuarlo al nuevo escenario. En el plano comercial también se han ajustado las medidas y puesto en valor los elementos que tienen intrínsecos las propias Bodegas de Matarromera y que ahora vemos que valora más que nunca la sociedad, como, por ejemplo, la sostenibilidad. Fuimos pioneros en calcular la huella de carbono y en apostar por la sostenibilidad, algo que ahora el consumidor de todo el mundo aprecia y quiere conocer más. Ya no sólo es la persona, el bodeguero o viticultor, sino también cómo se gestiona la empresa. Nosotros tenemos el pleno valor de hacerlo con un sentido muy de nuestro entorno con proyección internacional y con un sistema de cuidado y protección del medioambiente, de respeto a la naturaleza y lucha contra el cambio climático, como así lo certifica nuestra pertenencia a las certificaciones nacionales e internacionales del sector.