Yo creo que no hay ni una señora de derechas en España que haya visto al profesor Antonio Miguel Carmona en las muchas tertulias televisivas a las que acude y que no se haya enamorado de él. Es lo que me dicen y palpo.
Doy fe. Yo he sido su contertulio durante bastantes años y enfrente siempre tuve, a favor o en contra, un tipo intelectualmente sólido, entrañablemente humano y endemoniadamente divertido. Por si no lo saben, yo les digo que Carmona es un español hasta las cachas.
Es profesor de Economía y el jefe del Área Económica del Partido Socialista de Madrid que apostó por Tomás Gómez y con él ganó unas elecciones primarias que pueden ser el punto y después. Al menos trajeron algo de aire fresco al enrarecido panorama político español.
Señor Carmona, ¿cuál es su análisis de la realidad económica/laboral de nuestro país?
Veamos, España vive inmersa en una crisis de grandes dimensiones que a su vez es internacional. Cuando el resto del mundo salga de ésta, nosotros saldremos, no le quepa a usted ninguna duda. España no es una isla.
Cuando sube la marea todos los barcos flotan.
Le debo reconocer y reconozco que las elecciones primarias en el PSM han supuesto, además de un aldabonazo democrático en toda España, una bocanada de aire fresco frente a cierta putrefactez que el ciudadano detecta en las formaciones políticas…
Yo creo, sinceramente, que Tomás Gómez, que es mi jefe político directo, representa lo “nuevo”; es un tipo que cree en la modernidad. No es un político profesional ni cree en absoluto que los políticos deban ser profesionales.
Nosotros en el PSM lo tenemos muy claro: nadie se debe apegar al cargo, y nuestros objetivos en la Comunidad de Madrid pasan por aumentar la renta per capita de nuestros conciudadanos, más gasto en educación, más gasto en sanidad; más gasto en promocionar a los empleadores. Lo que he dicho anteriormente.
Mire, señor Palomo, le voy a decir una cosa. El 22 de mayo de 2011 nosotros estaremos recorriendo los 457 metros que la Puerta del Sol media de nuestra sede partidaria madrileña. No le quepa duda alguna.
Vamos a ganar las elecciones en Madrid. Ya las estamos ganando. No queremos despistarnos de lo esencial. Lo esencial es hacer propuestas serias, razonables y creíbles a los madrileños; en eso estamos y no en tonterías y en propaganda barata que, por cierto, nos cuesta a todos muy cara.