Autor: Marc Fumaroli
Editorial: Acantilado
En este lúcido ensayo, el erudito ensayista francés analiza la
obra de Élisabeth Louise Vigée Le Brun, una de las pintoras
más brillantes e ignoradas de las últimas décadas prerrevolucionarias
en Francia. Retratista magistral
“capaz de conjugar parecido
fiel con la idealización impalpable”,
fue la aliada a la que escogió María
Antonieta para ofrecer una imagen
humana y digna de ese mundus muliebris
que ella representaba y que,
supuestamente, corrompía el prestigio
y la autoridad de los monarcas a
fuerza de afeminarlos.
Un relato fascinante.