Juan Miguel C. García
La Comisión Europea ha publicado las previsiones económicas de otoño de 2024, destacando un crecimiento moderado para la economía de la Unión Europea (UE) y la zona euro. Tras un período de estancamiento, los indicadores muestran señales de recuperación, aunque el contexto sigue siendo incierto debido a factores internos y geopolíticos.
La economía de la UE crecerá un 0,9 % en 2024, con un repunte previsto del 1,5 % en 2025 y del 1,8 % en 2026. La zona euro experimentará una evolución similar, con un crecimiento del 0,8 % en 2024, que subirá al 1,3 % en 2025 y al 1,6 % en 2026. Este repunte estará impulsado por la recuperación del consumo y la inversión, junto con el apoyo de fondos europeos como el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
La desinflación es una de las claves del escenario económico. La inflación en la zona euro caerá del 5,4 % en 2023 al 2,4 % en 2024, alcanzando el 2,1 % en 2025 y el 1,9 % en 2026. En la UE, se espera una reducción similar, pasando del 6,4 % en 2023 al 2,6 % en 2024, con una tendencia descendente en los años posteriores.
El alivio inflacionario estará respaldado por la moderación de los precios energéticos y la recuperación de la productividad, lo que beneficiará directamente al poder adquisitivo de los hogares.
El mercado laboral se mantiene sólido, con una tasa de desempleo récord del 5,9 % en la UE en octubre de 2024. Se prevé que este indicador se mantenga estable, alcanzando el 5,9 % en 2026, mientras el crecimiento del empleo continuará, aunque a un ritmo más lento.
El aumento de los salarios reales y la fortaleza del mercado laboral sostendrán la renta disponible de las familias, apoyando un consumo más robusto en los próximos años.
Los esfuerzos de los Estados miembros para reducir el déficit público comienzan a dar frutos. Se estima que el déficit de las administraciones públicas en la UE disminuirá al 3,1 % del PIB en 2024, con una mejora progresiva hasta el 2,9 % en 2026. Sin embargo, la deuda pública aumentará ligeramente, alcanzando el 83,4 % del PIB en 2026, reflejando un incremento en el gasto en intereses y déficits primarios aún elevados.
A pesar de las mejoras, las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra en Ucrania y los conflictos en Oriente Próximo generan incertidumbre. Además, los riesgos internos, como los retos en el sector manufacturero y los efectos del cambio climático, representan amenazas potenciales para la recuperación económica.
Las previsiones de otoño de 2024 ofrecen una visión optimista, aunque prudente, del futuro económico de la UE y la zona euro. Con un enfoque en la desinflación, la inversión pública y el estímulo al consumo, el panorama apunta hacia una recuperación sostenida. Sin embargo, los riesgos externos e internos subrayan la necesidad de políticas económicas sólidas y adaptativas para consolidar esta tendencia.
Foto: La Moncloa. Flickr