La situación en Bruselas ha provocado que la Comisión Europea haya dejado fuera a España de la oportunidad de desvincularse del grupo de países con mayores desequilibrios presupuestarios, para alegría del Gobierno español. Sin embargo, este "favor" no garantiza la protección de la economía española frente a las turbulencias que afectan al mercado de deuda. El reciente incremento de la prima de riesgo es una clara evidencia de ello.
El diferencial entre el bono español y el alemán a 10 años ha estado en una especie de letargo durante los últimos dos años, gracias a la retirada progresiva de las ayudas del Banco Central Europeo y a la falta de incertidumbres importantes. No obstante, la actual inestabilidad política en Francia y el ascenso del Frente Nacional han vuelto a sacudir el mercado de deuda soberana. Aunque Francia ha recibido el mayor impacto, la onda expansiva también ha alcanzado a España.
La prima de riesgo española se ha acercado nuevamente a la barrera psicológica de los 100 puntos, alcanzando los 97 puntos el pasado viernes. La última vez que superó este umbral fue el 13 de diciembre de 2023. Durante esta semana, el indicador ha oscilado en torno a los 95 puntos. Lo que preocupa a los analistas no es tanto el nivel actual, sino la posibilidad de que España vuelva a ser considerada uno de los países más vulnerables ante una posible nueva crisis de deuda. En el último mes, España ha experimentado un aumento de 18 puntos en su prima de riesgo, situándose entre los cuatro países más afectados junto a Grecia e Italia (22 puntos cada uno) y Francia (25 puntos).
Es significativo que las turbulencias hayan tenido un menor impacto en Portugal, un país que fue rescatado durante la crisis del euro y que presenta muchas similitudes con España. El diferencial portugués ha aumentado 12 puntos en el mismo periodo. El caso de Irlanda, otro país rescatado, es similar, con un incremento de 10 puntos en el último mes.
Hoy miércoles, la prima de riesgo española se situaba en 93 puntos, comparados con los 74 de Portugal. Francia presenta un diferencial idéntico al portugués, mientras que Italia y Grecia están considerablemente más arriba, con 152 y 119 puntos respectivamente. Los analistas prevén que la inestabilidad en los mercados persistirá hasta que se aclaren las dudas sobre la situación en Francia. Independientemente del resultado de las elecciones legislativas del 6 de julio, la economía francesa ya representa un riesgo significativo para el euro. Este mismo miércoles, Bruselas incluyó a Francia en el protocolo de déficit excesivo, con un déficit del 5,5% en 2023. España cerró el año con un déficit del 3,6%, saliendo de la lista gracias a la promesa del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, de reducirlo al 3% este año. Sin embargo, la paciencia en Bruselas podría agotarse con el nuevo Ejecutivo comunitario.
Un posible nuevo seísmo en el mercado de deuda pondría en serios aprietos al Gobierno de Pedro Sánchez, especialmente con el regreso inminente de las reglas fiscales. Aunque los desequilibrios presupuestarios de Francia o Italia son mayores, la economía española sigue siendo frágil por varias razones. Entre ellas, la debilidad parlamentaria del Ejecutivo, que cuenta con poco margen de maniobra si un fuerte repunte de los intereses de la deuda obliga a realizar recortes.
Además, la deuda española ha alcanzado un récord, superando los 1,61 billones de euros, tras sumar más de 400.000 millones desde que Sánchez llegó a La Moncloa. Según Vozpópuli, en solo cuatro meses, España ha pagado más de 8.400 millones en intereses, un 77,5% más que en el mismo periodo de 2023.
El Gobierno debe gestionar este volumen de deuda sin la ayuda del BCE, que anteriormente socorrió a los países durante la crisis de 2008 y la pandemia. Cualquier amenaza sobre el mercado de deuda es motivo de preocupación para el Tesoro español.
Las últimas turbulencias en la Eurozona se produjeron hace dos años por la escalada de la deuda italiana. El BCE introdujo entonces el Mecanismo para la Protección de la Transmisión (TPI, por sus siglas en inglés), que aún no se ha puesto en práctica.
El BCE hará lo posible por evitar un repunte de las primas de riesgo, ya que esto complicaría aún más su tarea de controlar la inflación sin asfixiar a las economías europeas con altos tipos de interés. Desde Fráncfort, se están enviando mensajes de tranquilidad. Christine Lagarde, presidenta del BCE, afirmó este lunes que están "atentos" a la evolución de los mercados de deuda, al igual que el Gobierno español, consciente de lo que está en juego si la prima de riesgo vuelve a ganar protagonismo.