Juan Miguel C. García
Correos, la empresa estatal de servicios postales en España, ha cerrado 2023 con pérdidas de aproximadamente 120 millones de euros, pese a una inyección de 247 millones de euros por parte del Estado. Esta situación subraya la profunda crisis financiera que enfrenta la entidad, acumulando pérdidas significativas en los últimos años.
En 2022, Correos registró pérdidas de 217,2 millones de euros, duplicando las pérdidas del año anterior, cuando la cifra se situó en 105,6 millones de euros. Este año, las pérdidas antes de impuestos alcanzaron los 279 millones de euros, superando en 70 millones las previsiones iniciales. En los últimos cuatro años, las pérdidas acumuladas ascienden a más de 1.150 millones de euros, lo que refleja una gestión financiera desafiante y una reducción constante en la cifra de negocios.
Varios factores han influido en la mala situación financiera de Correos. El incremento en los costos energéticos, el alza de los tipos de interés y la situación geopolítica, especialmente la guerra en Ucrania, han impactado negativamente en el negocio de la compañía. Estos elementos han provocado alteraciones en las rutas de transporte y una disminución en el mercado internacional, afectando los resultados operativos de Correos.
La disminución en el volumen de envíos también ha sido significativa. En 2022, Correos procesó 1.368 millones de envíos, un 16,4% menos que el año anterior. Además, la plantilla se redujo en 1.909 empleados, dejando a la empresa con 48.340 trabajadores . Esta reducción en el número de envíos y empleados ha contribuido a la caída de ingresos y al incremento de las pérdidas.
Desde la llegada de Juan Manuel Serrano a la presidencia de Correos en 2018, la deuda de la empresa ha aumentado significativamente. En 2022, la deuda ascendió a 597 millones de euros, un incremento del 30,6% respecto a 2021. Este endeudamiento ha sido necesario para cubrir los gastos operativos y financieros, pero ha añadido una presión considerable a las ya deterioradas cuentas de la empresa.
Los sindicatos han criticado duramente la gestión de Serrano, acusándolo de ser responsable de la crisis actual de la empresa. Denuncian que bajo su mandato, Correos ha experimentado un desplome en la actividad y la pérdida de cuota de mercado, tanto en el segmento postal tradicional como en el de mensajería y paquetería.
A pesar de la inyección de capital por parte del Estado, la situación de Correos sigue siendo crítica. La empresa ha intentado diversificar sus servicios y mejorar la eficiencia operativa, pero los resultados no han sido suficientes para revertir la tendencia negativa. Se espera que la empresa continúe implementando medidas de ajuste y buscando nuevas estrategias para reducir las pérdidas y mejorar su situación financiera en el futuro.
De esta forma, Correos enfrenta una situación financiera complicada, marcada por pérdidas significativas, un incremento en la deuda y una gestión cuestionada por los sindicatos y otros actores. La empresa deberá adoptar medidas drásticas y efectivas para superar esta crisis y asegurar su sostenibilidad a largo plazo.